ROMA,- El Palacio Braschi de la capital italiana habrá de exhibir una muestra dedicada a la pintora Artemisia Gentileschi, precursora del feminismo y quien en el siglo XVII se impuso como artista en el mundo dominado por los hombres. Titulada “Artemisia Gentileschi y su tiempo” la exhibición que abrirá a partir del viernes próximo reúne casi 100 obras de la propia autora, así como de pintores -todos del sexo masculino- que fueron sus contemporáneos.
El tema de la muestra no es tanto la dramática aventura humana de Gentileschi, que en el siglo XX fue transformada en símbolo de resistencia ante los prejuicios y violencia masculina, sino de la pintora capaz de sobresalir en un universo vedado a las mujeres, dijo Nicola Spinoza, uno de los curadores.
Durante la presentación a los medios, explicó que al lado de las obras de Gentileschi se reunen las de maestros de su época en quienes se inspiró y a los que, al mismo tiempo, también inspiró, como su padre Orazio o Simon Vouet, Guido Cagnacci, Giovanni Baglione, Jusepe de Ribera, Francesco Guarino o Massimo Stanzione.
Según Spinoza, que estuvo encargado de la sección dedicada a la producción napolitana de Gentileschi, fueron necesarios tres años para organizar la exposición, que cuenta con obras provenientes de todo el mundo y estará abierta hasta el próximo 7 de mayo.
De la parte florentina de la muestra se encargó la curadora Francesca Baldassari, mientras que la sección romana estuvo en manos de Judith Mann.
Nacida en Roma en 1593 y muerta en Nápoles en 1653, Artemisia fue la hija mayor de Orazio Gentileschi, un pintor toscano representante de la corriente de Caravaggio en Italia y Europa del que heredó el límpido rigor del dibujo.
Desde su adolescencia Artemisia reveló un talento superior al de sus tres hermanos varones y a los 17 años pintó uno de sus cuadros más conocidos: “Susana y los viejos”, en el que según los críticos demuestra haber asimilado el realismo de Caravaggio (el primer gran exponente del Barroco).
A los 18 años, sin embargo, la artista sufrió uno de los grandes traumas de su vida: fue violada por el pintor Agostino Tassi, su maestro en el arte de la perspectiva y quien no se casó con ella, como se acostumbraba en la época, para lavar su honor.
En el proceso por esos hechos la propia artista reveló bajo tortura los detalles más crudos de la violación. Poco después su padre le organizó una boda con Pierantonio Stiattesi, un modesto artista con el que se transfirió a Florencia y tuvo cuatro hijos (tres de los cuales murieron prematuramente).
Para los expertos, algunos de los lienzos de Artemisia deben ser interpretados en clave sicoanalítica, como el célebre “Judith que decapita a Oloferne” (presente en la muestra), que impresiona por la violencia que destila y que sería una sublimación del deseo de venganza de la pintora.
En Florencia Artemisia hizo amistad con Galileo Galilei y Miguel Ángel el joven, su mecenas y sobrino del famoso Miguel Ángel Buonarroti. Asimismo, se convirtió en la primera mujer en ser admitida en la Academia de Arte y Dibujo de la ciudad.
La muestra incluye 29 obras de Artemisia y 63 de pintores contemporáneos, explicó Spinoza.
Entre las obras de la pintora sobresalen las ya citadas “Susana y los viejos” y “Judith que decapita a Oloferne”, además de “Danae”, “Judith y Francesca”; “La conversión de la Magdalena”, “Judith y la sirvienta Abra”, “Retrato de Antoine de Ville”, “Ester y Assuero” o “Loth y sus hijas”, entre otras.
De sus contemporáneos se incluyen “Piedad”, de Filippo Tarchiano; “Magdalena penitente”, de Carlo Saraceni; “Llanto al Cristo muerto”, de Juspe de Ribera”; “Loth y sus hijas”, de Masimo Stanzione o “Las tres gracias”, de Giovanni Martinelli, entre otras.
r3