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WHERE en Puebla

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Este fin de semana estuvimos en la Heroica Puebla de los Ángeles, ciudad a la que le tenía un poco de resistencia por experiencias pasadas y que me había negado a visitar los últimos 4 años, salvo de pisa y corre al Tianguis Turístico que se organizó por allá hace un par de años; pues he de contarles, que me fui de espaldas con el desarrollo a nivel infraestructura y sobretodo con el desarrollo turístico y cultural de la ciudad, me encontré una Puebla nueva, donde todo son periféricos súper organizados y nuevas áreas con desarrollos inmobiliarios, nuevos hoteles, sus nuevos hospitales, los nuevos edificios del Gobierno del Estado, en el boulevard Atlixcayotl en lo que llaman la reserva territorial, que hasta donde sé, fueron una iniciativa del exgobernador Rafael Moreno Valle, están espectaculares, dignos de una ciudad tan hermosa como Puebla y aunque por supuesto hay quien critica la gestión de quien fuera mandatario, los que teníamos mucho tiempo de no visitar Puebla, si vimos un cambio para bien en su entidad.

Llegué a un nuevo hotel también inaugurado por el gobernador saliente, el Hilton Gardens, que está precioso y justo en frente a lo que más me llamaba la atención de visitar de nuevo Puebla, el Museo Internacional Barroco, que sin duda es el día de hoy el más moderno, interactivo y bonito del país, con acervo y participación de Alemania, Brasil, China, España, Filipinas, Francia, Estados Unidos, Guatemala, India, Perú, Portugal y 21 museos y colecciones mexicanas.

Un maravilloso espacio interactivo, que preserva y difunde este arte de los siglos XVII y XVIII, que a mi confieso, ¡si me voló los fusibles! Me puse como niña de 10 años a jugar con todas las pantallas y a buscar todos los secretitos tecnológicos.



Desde entrar a su exposición de espacios barrocos alrededor del mundo en su Theatrum Mundi donde se generaba sobre nuestras cabezas, elemento por elemento, desde las cúpulas más maravillosas, pintadas por los pintores venecianos, hasta las cúpulas típicas del barroco mexicano, proyectadas en 360º; la gigantesca maqueta animada de la Angelópolis, donde se iluminaba un fragmento y aparecía en las diferentes pantallas el interior del mismo edificio, mientras escuchas parte de su historia, las fabulosas salas de pintura y escultura con sus pantallas interactivas donde puedes tocar el nombre de cualquier artista, y encontrar parte de su biografía y algunas de sus obras, incluso en la de música puedes escuchar las melodías de diferentes compositores, un teatro barroco donde se proyectan obras, la música tanto sacra como clásica del período, opera, poesía, indumentaria, escultura, arquitectura, no dejan fuera nada; logrando una visión tan completa del Barroco como un curso entero del mismo en la mejor escuela de arte.

Como exposición temporal en este momento, tienen una muestra de la talavera poblana, pero desde sus origines en la técnica, que viene de Irak, pasando por la de la Reina de España , las encomiendas de la corona, el comercio, la Nao de China, las variantes y sus influencia con la porcelana china Tang o la maravillosa cerámica de la Dinastía Ming, el proceso de elaboración, bueno que les puedo decir…salimos de allí más que deslumbrados, es increíble encontrar algo que realmente te genere esa llamita del asombro que ya tenemos tan perdida.

Nota aparte, para su impresionante diseño arquitectónico, original del arquitecto japonés Toyo Itto, impecable en sus formas orgánicas híper minimalistas, en sus amplísimos espacios interiores y en sus perfectamente asimilados espacios exteriores, este museo si es imperdible, vale la pena el viaje sólo por conocerlo.

Me voy enterando que en el recinto está un restaurante de gastronomía Barroca inspirada en Sor Juana, con platillos concebidos por la chef Martha Ortiz (la creadora del Dulce Patria, Águila y Sol y tantos otros) y el chef Alex Cuatepotzo en un espacio con vista al Eco Parque Metropolitano, me hubiera encantado probarlo, porque esa tarde con un mega tour que hicimos a la Iglesia de Sto. Domingo y su capilla del Rosario, ya terminamos comiendo más mal que bien, en uno de esos muy sin chiste restaurantes de los centros comerciales, con todo y que estábamos en la crema y nata de la gastronomía mexicana, no hubo más que comer medio cocina internacional.



Pero si de comer bien se trata en Puebla, hay que llegar en el centro al Mural de los Poblanos donde te sirven los platos típicos, pero elaborados con las recetas tradicionales, les recomiendo unos tacos de chicharrón prensado o los de lechón estilo Don Raúl con carne horneada al romero y sofrita en aceite de oliva, acompañados de salsa de chile habanero, limón, cebolla morada, rábanos y cilantro o unas chalupas poblanas que son tortillas de maíz fritas en manteca, bañadas en salsa verde y roja con cebolla y carne de res deshebrada.

Por supuesto tratándose de Puebla tienen 5 tipos diferentes de moles, empezando por el poblano, platillo insignia del estado, hecho a base de chiles secos, chocolate, semillas y especias; pipián verde, con pepitas de calabaza, tomate, chile verde; pipián rojo, que preparan con cacahuates, jitomate, chiles secos y especias; adobo con la receta tradicional de chiles secos y especias y el Manchamanteles, mole hecho a base de chile ancho y guajillo, manzana, piña, plátano macho, semillas y especias.

Por supuesto no pueden dejar de dar un tour por la Catedral poblana que es una joya del periodo virreinal, salir y tomarse una margarita en los portales del centro, yo les recomiendo las del Hotel Royalty, y ya que hayan reposado un poco, no dejen de darse una vuelta por la Capilla del Rosario en el Templo de Santo Domingo, la más grande joya de todo Puebla, una capilla consagrada a la virgen, con los altares barrocos recubiertos de hoja de oro de piso a techo, un baldaquino espectacular, su preciosa virgen hampona del Rosario, y representaciones de todas las advocaciones de María.

Construida en el S.XVII, esta capilla es el más destacado ejemplo del Barroco Novohispano, terminada en el año 1690, llevó casi 40 años su construcción, con pinturas monumentales de José Rodriguez Carnero sobre los misterios gozosos, que fueron restauradas por la fundación Jenkins, son muy hermosas pero es el conjunto suntuoso, abigarrado, pero de alguna manera muy armónico, lo que hace que esta capilla sea realmente un lugar de los que te quitan el aire.

Así que ya saben este puente…vayan a Puebla, no se van a arrepentir un minuto!

Alejandra del Río

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