Por: Sergio Villaseñor

Según el estudio más reciente de la Federación Internacional de Futbol, Historia y Estadística (IFFHS), la Liga Mx ocupa el lugar 20 entre las principales competiciones del mundo. Esto se debe principalmente a que dejó de tener exposición internacional desde que renunció hace un par de años a participar en torneos como la Copa Sudamericana y Copa Libertadores, que organiza la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol).

Ya quisiéramos decir que ésta es la única pata de la que cojea la Liga muy equis, pero no. La Liga MX ha sido pésimamente administrada y vergonzosamente cobijada por el influyentismo.

En un simple ejercicio de imaginación, preguntémonos qué pasaría si los escándalos que se han fraguado en torno a la Liga MX se hubieran dado en Estados Unidos. Por ejemplo el caso de Ricardo Antonio La Volpe y la podóloga; el presunto lavado de dinero por parte de Rafa Márquez; el Tuzogate en el que se ha visto involucradas varias administraciones hidalguenses; el mal llamado Mercado de piernas en el que se juega con el futuro profesional y la vida familiar y personal de los futbolistas; o el desvío de recursos públicos por parte de gobernadores de los estados a través de los equipos que representan a sus entidades. ¿Qué pasaría con los protagonistas de estos escándalos?

Y no es que los estadounidenses sean un ejemplo de nación, pero si algo tienen es la seriedad que le dan al seguimiento en cada escándalo público. Ya han caído presidentes (Nixon), grandísimos deportistas como OJ Simpson o Lance Armstrong, pero en la Liga MX, como en el país que tiene como sede, si tienes dinero e influencia, puedes salir airoso de todo ese estercolero.

Eso sí, ante todo, en cada partido de la Liga MX se envuelven con la bandera de la moralidad y el fair play, soslayando que la FMF está manipulada hasta el tuétano por una o dos personas, en detrimento y perjuicio de millones.

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