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Política a la Mexicana: Las lealtades de Barbosa

Política a la Mexicana: Las lealtades de Barbosa

En nuestro país han dejado de ser noticia los políticos chapulines, esos que cambian de partido o de grupo porque sienten que en otro lado van a conseguir sus propósitos sin importarles su prestigio o la lealtad que deberían tener para aquello que abandonan. Pero el caso de Miguel Barbosa se pasa de la raya por ser un político experimentado que no se cuece al primer hervor ni peca de ingenuo. Milita desde hace más de 20 años en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al que llegó a presidir en su natal estado de Puebla y luego ocupó varios cargos dentro del CEN de su partido. Su vida partidaria la desarrolló dentro de la corriente denominada Nueva Izquierda que es una de las tribus del PRD coloquialmente conocida como Los Chuchos, por ser Jesús Ortega y Jesús Zambrano sus principales líderes. Incluso don Miguel fue el dirigente nacional de dicha corriente de 2008 al 2012.

Previamente, durante la presidencia de Vicente Fox, fue diputado federal y realizó una activa labor legislativa dentro de la fracción perredista de la Cámara. En el 2012 y con el muy efectivo apoyo de Los Chuchos fue designado para encabezar la lista nacional del PRD al Senado de la República por la vía plurinominal. En agosto de ese año y, de nueva cuenta, por obra y gracia de los Jesús Ortega y Jesús Zambrano fue nombrado coordinador de la fracción parlamentaria de los amarillos en la cámara alta. Es decir, que fue una decisión “muy democrática” de los senadores perredistas. Los Chuchos lo sostuvieron contra viento y marea en esa posición a pesar de que don Miguel no es el más simpático y cordial de los hombres, aunque si les era útil a sus intereses. El apoyo fue total aún en tiempos difíciles como cuando la diabetes que sufre lo agravó peligrosamente y, lamentablemente, su pie izquierdo le tuvo que ser amputado. Durante su convalecencia muchos le echaron el ojo a la coordinación perredista, pero Ortega y Zambrano no lo abandonaron.

Su disparejo carácter y personales ambiciones lo empezaron a alejar de algunos miembros de su bancada como las senadoras Alejandra Barrales y Angélica de La Peña. Después vinieron las huídas de la fracción de otros senadores como Mario Moreno, Alejandro Encinas, Zoe Robledo y Armando Ríos Pitter y se dice que Manuel Camacho Solís, quien falleció el año pasado, tampoco estaba muy contento con Barbosa. Como representante de un grupo muy importante de perredistas había venido apoyando la candidatura del Jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, para la Presidencia de la República por su partido. Mancera le extendía todas las cortesías posibles y hasta le proporcionó una escolta de la Policía Bancaria y dos motociclistas de la Secretaría de Seguridad Pública que le abrían paso en sus trayectos. Sus arribos al estacionamiento del Senado eran realizados con todo el vigor necesario para demostrar su fuerza e importancia.



Pero repentinamente en una conferencia de prensa a la que convocó el pasado lunes, el coordinador perredista en el Senado anunció abiertamente su apoyo al dueño del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador para la candidatura a la Presidencia. Sin ningún recato expresó: “he tomado la decisión de respaldar a López Obrador rumbo al 2018. No estoy pensando en incorporarme a Morena, pero yo estoy llamando al PRD a que defina su apoyo a AMLO rumbo al 2018”. Además reconoció que existe una desbandada de militantes que han migrado a Morena por su simpatía hacia el tabasqueño. Agregó que no apoyará una eventual candidatura de Mancera pues consideró que el jefe de Gobierno se encuentra atrapado en la estrategia de las telarañas de las corrientes internas del PRD. Cabe recordar los conflictos existentes entre la dirigencia nacional perredista y muchas de las tribus amarillas con Morena y en especial con su mesiánico propietario.

Barbosa denunció las intenciones de algunos perredistas de llegar a una alianza con el PAN para la futura elección presidencial y que él está convencido de que el PRD debe apoyar al tabasqueño. Expresó que existe una estrategia planeada por el PRI y por el PAN para descarrilar la candidatura de López porque es el puntero en las encuestas actuales. Aseguró que su respaldo a AMLO no es para asegurar un cargo político en caso de un triunfo de aquel y dijo “Yo no estoy pensando en algo para mí. Yo estoy convencido de que el PRD debe apoyar a AMLO y dicho eso se fue a comer con el hijo del Peje a un restaurant a celebrar su apoyo.

Es decir, lo que propuso Barbosa es apoyar a la persona que más daño le ha hecho al PRD desde que renunció a su militancia, favorecer al más acérrimo de los enemigos de la Corriente Nueva Izquierda que lo ha llevado hasta donde hoy se encuentra y abandonar a Miguel Ángel Mancera después de todos los servicios recibidos. A eso se le llama ser chaquetero, es vil oportunismo ya que lo hace por creer que lo del Peje es una realidad cuando apenas como dicen los ingleses es solo wishfull thinking. Pero hacerlo sin renunciar a la coordinación legislativa o por lo menos a su militancia es una barbaridad, es más que una atrocidad es una asnada.

Las voces de protesta por lo expresado por el poblano no se hicieron esperar. La primera provino de su compañera senadora Angélica de La Peña que dijo que “hoy es coordinador de un grupo sui generis, donde hay de todo. Incluso quienes ya no son del PRD, quienes tienen afrentas al partido”. Y añadió que no se puede apoyar a un precandidato de otro partido y pretender seguir siendo coordinador de los senadores perredistas, por lo que exigió su relevo. La presidente del amarillo, Alejandra Barrales, en una simple primera reacción solo dijo que el tema debía ser discutido en órganos internos del partido. Pero al día siguiente Barrales afirmó que el senador “dejó de representar la voz e interés del partido“ e informó que existían varias solicitudes para su remoción y calificó lo dicho por Barbosa como una incongruencia “nos parece poco sensible que quienes estén en posiciones relevantes en nuestro partido den prioridad a temas de cálculo político y electoral personal”. Ese mismo día Barbosa manifestó que no cambiaba de opinión y que asumía las consecuencias y que si la dirigencia perredista lo removiera de la coordinación, apelaría a la Sala Superior del TEPJF. En una declaración posterior acusó a Jesús Zambrano de estar en brazos de Margarita Zavala y de haber estado en los de Peña Nieto y en los de Osorio Chong, cuando se le señaló que él estaba en los brazos del Peje.



Jesús Zambrano se lo quiso comer vivo al poblano, ya que lo menos que le dijo era que era un incongruente por no renunciar a la coordinación y que si no lo hacia era para seguir disfrutando de los privilegios que da el cargo. Además lo culpó de las renuncias que se han dado en la bancada amarilla y por querer dar la impresión de que el PRD está en desbandada y todavía lo calificó de oportunista, mentiroso y olvidadizo. Le recordó que hace unos meses dijo que el mejor candidato que el PRD podía postular para 2018 era Miguel Ángel Mancera y que luego le anduvo coqueteando a Cuauhtémoc Cárdenas y luego lo hizo a un lado. Miguel Ángel Mancera con exceso de caballerosidad política al decir que su proyecto es ciudadano y que nadie puede estar a fuerza. Agregó que su candidatura la tiene que decidir el PRD y le deseó suerte a Barbosa. El senador que continuaba con la espada desenvainada la agarró todavía contra el gobernador de Morelos al acusarlo de impulsar la alianza con el PAN para ayudar a un familiar cercano. Graco solo le reviró que “Barbosa está en la lógica de sus intereses y no tiene peso dentro del partido”.

El jueves en una pequeña reunión en la sede del PRD, Barbosa cobijado por la corriente Militantes de Izquierda (otra de las tribus perredistas) arremetió contra Alejandra Barrales acusándola de no conocer la línea política y los principios del partido pues “nunca ha tenido formación militante”. Afirmó que tiene el apoyo de la mayoría de los senadores de su partido y recordó que Barrales quería ser la coordinadora original de la bancada y la acusó de que cuando estuvo enfermo trató de arrebatarle el puesto. Martí Batres, dirigente de Morena en la CDMX y Yeidckol Polevnsky (la antigua Citlalli Ibáñez Camacho) consideraron de excelente la decisión de Barbosa y lo felicitaron. Aunque por su lado el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles lo calificó de malagradecido y además oportunistas.

Como el horno no está para bollos la dirigencia perredista prefirió darle tiempo al tiempo y distensar el problema y sesionara hasta la próxima semana para definir si Barbosa debe ser removido de la coordinación. Como era de esperarse el Peje no ha querido darse por enterado y ha despreciado a Barbosa con su silencio y éste, por su lado, tuvo ya que devolver las escoltas, ¡CHIN! A lo mejor de haberlo sabido mejor se queda callado.