El nombre de Andrés Manuel López Obrador es hoy en día el de un político muy conocido, probablemente después del presidente Enrique Peña Nieto nadie es más identificado por los habitantes del país. Al también conocido como “Peje” se le reconoce como un aguerrido personaje que no respeta a ningún rival ni a ninguno de los grupos que tienen el defecto de no pensar como él (La mafia en el poder o el “Cállate Chachalaca”). A lo largo de treinta años hemos visto su intolerancia y sus no muy ortodoxos métodos de actuar en la cosa pública (quema de pozos petroleros, invasión del Paseo de la Reforma, toma de protesta como “Presidente Legítimo de la República etc.). También, hay que reconocerlo, se le identifica como un defensor de las clases económicas más desprotegidas de México y sus seguidores lo han querido convertir en el paladín de los pobres sin que se acerque ni medianamente a merecer ese título (sus relojes, su chofer, los autos de sus hijos etc.).

Pero definitivamente los mexicanos no lo asociábamos con los empresarios ni con los grupos económicamente más poderosos del país. Durante su gestión como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, tuvo naturalmente contacto con industriales, patrones de todo tipo, comerciantes, contratistas y demás. Se habló de su buena relación con el magnate Carlos Slim quien le ayudó en la realización de un programa de renovación del Centro Histórico de la Ciudad, pero hasta ahí. Durante su primera campaña para la Presidencia de la República en 2006 no se le vio cerca de grupos empresariales importantes ni de nada parecido. Al contrario, el belicoso y combativo candidato, mandó al diablo a las instituciones y su popularidad con la Iniciativa Privada no se encontraba en un buen momento. Para su segundo intento presidencial sólo se le vio cerca del empresario regiomontano Alfonso Romo Garza, propietario de varias industrias agropecuarias. Romo, por cierto, dicen que había participado en un grupo político antagónico al «Peje» en 2005.

De repente, no hace muchos meses, empezó a correr el rumor de que López Obrador no sólo encabezaba las encuestas de los posibles presidenciables sino que era apoyado por grupos y corporaciones muy importantes como Televisa, Televisión Azteca y hasta el Grupo Carso de Carlos Slim. Los rumores se fueron confirmando desde la semana pasada cuando Alfonso Romo, en el programa matutino de Ciro Gómez Leyva, expresó su abierto y total apoyo a la causa del tabasqueño y, agregó que había otros muchos personajes del sector privado en la misma tónica. Pero para el domingo pasado, gracias a un reportaje en el periódico El Universal de Misael Zavala, pudimos enterarnos de los nombres de esas importantes personalidades. En ese texto aparecían figuras de la talla del propio Alfonso Romo, quien es el coordinador del proyecto de nación 2018-2024 del partido propiedad del «Peje»: Morena. También se incluyen en él a Miguel Torruco, Marcos Fastlicht, Esteban Moctezuma, Adrián Rodríguez Macedo, Isaac Masri, Jaime Bonilla y a Raúl Elenes. El efecto que causó la nota de Zavala no se hizo esperar y en unos cuantos minutos, a través de una llamada telefónica, el Jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera cesó a Miguel Torruco de su puesto de secretario de Turismo que desempeñaba.

Torruco es un inteligente y próspero empresario del sector turismo, relacionado con escuelas y hoteles, que además tiene una relación familiar con el mexicano más rico, su hija está casada con Carlos Slim Domit, por lo que son consuegros. Causó extrañeza que Torruco hubiera colaborado con López Obrador en la campaña presidencial de 2012, sino hubiera sido por la amistad del tabasqueño y don Carlos. Se decía que Slim se lo había prestado a Andrés Manuel para que lo aprovechara. Torruco siempre había sido un simpatizante del PRI y había participado en varios foros de consulta organizados por el tricolor en diferentes campañas electorales. De manera que aunque López perdió la elección se lo recomendó a Miguel Mancera para ser secretario de Turismo en el D.F. Torruco es hijo de dos inolvidables estrellas del cine nacional: Miguel Torruco y María Elena Marqués. Marcos Fastlicht es un hombre de negocios del sector inmobiliario muy conocido y respetado de la Comunidad Judía mexicana. Su hija Sharon está casada con Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, es decir es su suegro.

Esteban Moctezuma es un talentoso político mexicano que, sin embargo, no pudo comprobar sus talentos en la práctica. Fue secretario de Gobernación durante unos meses con el presidente Zedillo hasta que el conflicto zapatista en Chiapas y otros problemas “Lo hicieron enfermar y renunció”. Después fue el secretario general del PRI en la campaña de Francisco Labastida Ochoa y los priistas, de todos los niveles, se quejaban de que era inaccesible y muchos hasta ponían en duda su existencia. En los últimos años ha realizado una importante labor como presidente de la Fundación Azteca. Sin que nos hubiera anunciado su renuncia al PRI, ahora si ha confirmado su compromiso con López Obrador y Morena. Adrián Rodríguez Macedo es un muy bien reconocido industrial regiomontano relacionado con la industria cervecera y también con la cigarrera. Isaac Masri es otro bien conocido empresario de la Comunidad Judía mexicana al que se le relaciona con cercanía a López en la elaboración del proyecto de nación de Morena. Jaime Bonilla está relacionado con las telecomunicaciones en Baja California y es el dirigente de Morena en el estado y fue quien invitó al «Peje» al Juego de Estrellas del baseball en San Diego el año pasado (los boletos se cotizaban de 700 dólares en adelante). Raul Elenes es expresidente de Canacintra en Culiacán y preside a Morena en Sinaloa.

Además de sus nuevas amistades empresariales hay en ese consejo consultivo creado por López otros empresarios de renombre, así como intelectuales y políticos que, hasta hoy, militan en otros partidos. Otra novedad en el frente Pejiano es la actividad que ha empezado a realizar en los Estados Unidos. El fin de semana acudió a Los Ángeles a donde reunió a un buen número de paisanos a los que prometió que los defenderá, ante las políticas de Donald Trump. También les ofreció una estrategia de defensa de sus derechos y les advirtió que las humillaciones a México se van a acabar, No le faltaron los denuestos para la “mafia en el poder” y la corrupción que impera en el país (olvidándose las nuevas denuncias que hay contra su chofer Nico por la adquisición de inmuebles o las apuestas excéntricas de su secretario de Finanzas en Las Vegas o el tren de vida de algunos de sus familiares). Andrés Manuel evocó al presidente Franklin D. Roosevelt en su discurso y amagó con recurrir a la ONU si el Gobierno mexicano no denuncia al de Estados Unidos por violación de derechos humanos. Terminó por amenazar con una visita a Chicago y a siete ciudades más en ese país.

Todo lo anterior es parte de la explicación de por qué López Obrador encabeza las encuestas, Es el que más tiempo lleva promoviendo su persona, aprovechándose de los anuncios que por ley tiene su partido, pero en los que solo aparece él y nadie más. Son tres años ininterrumpidos de auto propaganda, además es mordaz e insidioso en sus mensajes, no acepta debates con nadie (solo quiere uno con Carlos Salinas quien con razón lo desaíra) y se proclama como el salvador de la patria. ¡Pero ojo!, ahora si trae acompañantes que lo pueden llevar lejos. En política no hay casualidades y el que Torruco haya sido renunciado deja la impresión de que su consuegro está detrás. Tampoco parece casual que Marcos Fastlicht arriesgue a su yerno en esta peligrosa aventura, sobre todo cuando se ha acusado a Televisa de haber apoyado la candidatura de Peña Nieto. Casi de no creerse resulta lo de Esteban Moctezuma, quien abiertamente lo ha reconocido. ¿Cuenta con el beneplácito de los directivos de TV Azteca?.

Las alarmas deben de estar prendidas para los tres grandes partidos nacionales. En el PAN deben de olvidarse de sus divisiones y buscar la unidad, a pesar de los intentos de reelección de Felipe Calderón. Los del PRD deben tratar de salvar a lo que queda de ese partido que hoy en día es propiedad de Miguel Mancera sin que siquiera este se diga militante del amarillo. En el PRI se ha llegado la hora de mostrar las cartas, pero las cartas que tengan posibilidades y no las que solo tengan futuro a través del dedazo. Se nos está haciendo tarde y vamos muy rezagados. La popularidad del gobierno y de nuestro presidente no nos permite ya mucha maniobrabilidad política y el presidente norteamericano se ha agregado a nuestros muchos problemas.

Es la hora de ir pensando en nuevas estrategias que incluyen hasta alianzas impensables hasta ahora, la situación es inédita y muy peligrosa, no queremos ser otra Venezuela ni otra Nicaragua. Solo nos quedaría un consuelo si llegara López a la presidencia: Donald Trump tendría por vecino a un bad hombre, alguien similar a él y sus rabietas se multiplicarían al infinito.