Por más que lo intentes siempre fallas, y es que ser un ‘Godínez’ implica mucho esfuerzo físico y mental, desde soportar el tráfico, así como lidiar con el humor de tu jefe.

Típico que comienzas a buscar trabajo y todo te lleva a tener un trabajo Godín, pero resulta que el horario, las reglas de vestimenta, hasta compartir la fila por un café te resultan tediosas, tal vez sean señales de que no estás hecho para trabajar en una oficina.

Y no está mal, hay que aceptar que no todos estamos cómodos con la idea de ser un Godínez.

¿Aún dudas sí tu destino es estar en un oficina? ¡Checa estas señales y descúbrelo!

1. No puedes estar todo el día en tu lugar, siempre tienes que salir al ‘Oxxo’, platicar con la de recepción o perder el tiempo en el baño, el chiste es moverte.

2. Después de comer el ‘mal del puerco’ te ataca peor que a recién nacido, por más que tomes café tus ojos se cierran como en caricatura y en tus deseos preferirías estar en cualquier lugar menos en la oficina.

3. A pesar de llevarte bien con tu jefe, sientes que el trabajo se hace pesado por sus ideas o porque de plano tu crees que no sabe lo que hace.

4. Si cuando estás -navegando en internet- tus búsquedas siempre te llevan hacia los portales de empleo o comienzas a pensar en emprender tu propio negocio.

5. Al despertar por las mañanas, lejos de la flojera habitual, te comienzas a preguntar si realmente necesitas ese empleo o sólo lo haces por tener dinero.

¿Y la solución apá?

Lo primero que deberías hacer es amar tu trabajo con todo y esas condiciones tan incompatibles contigo. Siempre habrá algo bueno que rescatar: las oportunidades de crecimiento, los posibles aprendizajes, un jefe increíblemente bueno y comprensivo, los compañeros divertidos, la cercanía de tu casa.

Si de plano no le encontraste lo bonito, lo mejor es comenzar a analizarte para saber qué es lo que realmente quieres en la vida.