Sabemos que te gusta viajar, no importa si es un Pueblo Mágico, una playa o algún destino arquitectónico, a tu te gusta conocer el mundo, pero muchas veces no puedes por esas «malas» finanzas.

Si quieres viajar pero tu presupuesto no es tan grande, puedes recurrir a algunos trucos que te ayudarán a gastar menos. Toma nota:

1.Destinos y timings. Cuando no cuentas con mucho dinero para viajar, recorre tu país o elige algún destino que sea económico como: Nicaragua, Colombia, Perú, Bolivia, muchos de los países del Sudeste Asiático o India, por ejemplo. En ellos, tu dinero rendirá mucho más y seguramente podrás viajar por más tiempo o darte incluso algunos gustos.

La mejor recomendación cuando estás «apretado de dinero» es viajar en temporada baja, ya que los precios no están inflados (como en temporada alta) y hay menos gente.

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2. Transporte. Ahorra comprando tus boletos aéreos con antelación y comparando precios en plataformas como Skyscanner. Sé flexible en las fechas, pero también en los destinos. Fíjate si una misma ciudad tiene diferentes aeropuertos o incluso mira vuelos que lleguen a las ciudades cercanas a donde te diriges.

Aunque a veces parezca que un vuelo es más económico que el autobús o el tren, verifica los precios de transporte desde y hacia el aeropuerto, que pueden encarecer tremendamente el presupuesto. Para moverte entre ciudades dentro del mismo país e incluso entre países puedes utilizar trenes o autobuses, que normalmente son más económicos que los vuelos o checa también las aerolíneas low cost.

Y para recorrer una ciudad usa tus pies (caminar es la mejor manera de conocerlas), usa el transporte público y verifica si hay tarjetas que ofrezcan descuentos, como la Oyster Card en Londres o RapidPass en Panamá (que permite transbordos gratuitos). Si tienes que usar un transporte privado, opta por plataformas colaborativas como [Uber] o si decides usar taxis o tuk tuks (taxis motorizados en Asia) negocia la tarifa de antemano e intenta compartir el trayecto con otros viajeros.

3. Alojamiento. El mayor pellizco de tu presupuesto se lo llevará el alojamiento. Tienes varias opciones para disminuir los gastos de hospedaje, como por ejemplo optar por las plataformas colaborativas del estilo de Couchsurfing (dormir en la casa de un local gratis) o, si viajarás por largos periodos de tiempo y eres flexible, puedes probar haciendo housesitting (cuidar la casa y a veces las mascotas y plantas a cambio de quedarte gratis).

Otra opción es hacer camping pero averigua antes por las leyes de acampada libre del país que visitas ya que algunos tienen restricciones y zonas prohibidas.

4. Atracciones turísticas. Antes de visitar un país, investiga sobre las atracciones turísticas y decide a cuáles quieres ir. No vayas a una que no te interesa sólo porque todo el mundo va. Luego busca información sobre descuentos o días con acceso libre y gratuito. Por ejemplo, el Museo de Louvre, en Paris, es gratuito el primer domingo de cada mes o el Museo del Oro, en Bogotá, es gratuito el último domingo del mes.

Además, hay empresas que ofrecen grandes descuentos en museos y otras atracciones como el London Pass o el Paris Museum Card. Ten en cuenta también que en muchas de las grandes ciudades ofrecen «caminatas turística guiadas y gratuitas» con las que puedes aprender mucho sobre una ciudad y recorrerlas sin costo o por poco dinero ya que muchos guías viven de la propina.

5. Compras y souvenirs. Todos nos hemos visto tentados en más de una ocasión de comprar ropa, bolsos, adornos, imanes u otros souvenirs en los diferentes países que visitamos. Intenta ser inteligente a la hora de hacer estas compras: escoge puestos locales, para ayudar la economía del país, intenta no realizar tus compras en las zonas más turísticas o, peor aún, en las terminales de trenes, autobuses o aeropuertos. Si estás viajando por un país donde el regateo es parte de sus transacciones diarias, no seas tímido y regatea, esto no sólo para mantener tu presupuesto en línea, sino porque ellos esperan que lo hagas.

Como verás viajar con poco presupuesto es posible. Sólo tienes que cambiar la mentalidad de «vacaciones» y emprender un viaje más independiente y un poco menos estructurado.