Si ya dejaste de gastar en propinas dadivosas, le bajaste al café de las mañanas y evitas pasar frente a la maquinita de dulces, pero sigues sin ver un ahorro en tu cartera, seguramente te estás olvidando de medir y depurar los gastos digitales que últimamente has contratado, como los servicios de video y música sin comerciales, series y películas por streaming o membresías de juegos virtuales.

Las suscripciones de paquetes sencillos como Netflix ($110), Spotify Premium ($100), YouTube Red ($100), HBO ($150), Xbox ($150), PlayStation Plus ($200) representan un costo total mensual de 810 pesos, que anualmente se transforman en 9,720 pesos. (y eso que no hemos sumado otros servicios, como Amazon Prime…)

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el gasto hormiga representa entre 9 y 12% del ingreso de una persona.

“Si tomamos como ejemplo una persona que gana 10,000 pesos, este gasto anual podría llegar hasta los 14,000 pesos aproximadamente”, reflexiona Alejandro Saracho, consultor en finanzas personales y autor del libro Reconfiguración Financiera.

Sin embargo, no es necesario que los cortes de tajo, pero sí aprender a controlarlos. Verifica si de verdad tu estilo de vida requiere contratar la suscripción mensual o sólo necesitas rentar la serie o la película.

Si esperas un minuto antes de comprar en línea, podrás preguntarte si lo quieres o lo necesitas. Así podrás hacer una evaluación de la compra y calmar tu deseo de adquirirlo. Cuestiónate si puedes reemplazar dicho servicio por de menor precio, o si vas a aprovecharlo en su totalidad.

No dejes de revisar tu estado de cuenta, es ahí donde detectarás estas fugas de dinero.

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