El embate de dos huracanes devastó Puerto Rico con dos semanas de diferencia: Irma y luego María dejaron a 3,4 millones de puertorriqueños en medio del desastre y sin energía eléctrica ni comunicaciones en septiembre.

Justo González asumió el cargo en sustitución de Ricardo Ramos, a quien se le investiga por corrupción tras otorgar un contrato de 300 millones de dólares a Whitefish, una compañía estadounidense casi sin experiencia que debía trabajar en medio del desastre.

Con importantes daños a la infraestructura, la mayoría de los puertorriqueños han sobrevivido sin luz desde hace dos meses. La lluvia y la falta de materiales han dificultado los trabajos.

González apuesta por reestablecer el servicio por completo para las fiestas navideñas. Pero su posición en la autoridad eléctrica no lo salva de la misma carencia que enfrenta la mitad de la isla.