El Congreso estadounidense adoptó el miércoles la reforma tributaria de Donald Trump, dándole al presidente su primera gran victoria legislativa.

La Cámara de Representantes aprobó la ley por 224 votos contra 201, tras realizar una nueva votación por razones técnicas, horas después de la aprobación en el Senado.

Trump rezó en agradecimiento y celebró haber cumplido una de sus promesas de campaña: reducir los impuestos.

La ley se aplicará a partir de 2018 y dará a los republicanos un fuerte argumento de cara a las elecciones legislativas del próximo noviembre.

La reforma reduce el impuesto a las ganancias corporativas del 35% al 21% y baja la tasa del impuesto a la renta, a un costo de 1,5 billones de dólares para las finanzas públicas durante la próxima década.

Los republicanos argumentan que mantendrá el crecimiento económico por encima del 3%, lo que generaría nuevos ingresos fiscales.

Aunque la reducción de impuestos es permanente para las empresas, solo durará hasta 2025 para los hogares, a falta de un acuerdo a largo plazo.

El Tax Policy Center pronostica que el aumento del poder de compra de las familias se erosionará progresivamente en la próxima década, hasta desaparecer para la mitad de ellas en 2027.