Desde hace más de un mes, cientos de hombres, mujeres y niños indígenas de Chalchihuitán, Chiapas, viven a la intemperie en la parte alta de las montañas, donde encontraron refugio, después de una serie de enfrentamientos con los habitantes de San Pedro Chenalhó, por la disputa de tierras.

«Hay cerca de cinco mil personas desplazadas, mujeres, niños, mujeres, embarazadas, niños pequeños, ancianos”, afirmó Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.

El pasado 18 de octubre hombres armados de Chenalhó atacaron a los habitantes de Chalchihuitán, mataron a un hombre, saquearon y quemaron casas, además se robaron animales de granja.

Entre disparos decenas de habitantes de Chalchihuitán huyeron hacia las montañas sólo con la ropa que traían puesta.

Desde ese entonces sobreviven en condiciones precarias, bajo improvisadas carpas, sin comida, ropa y soportando temperaturas de hasta tres grados por las noches.

«Estamos en la comunidad de Chenmut municipio de Chalchihuitán y estamos reunidos aquí están los hombres y mujeres, niños y niñas. Aquí están las mujeres, hay varios niños, hay varios ancianos y ancianas y que las imágenes sean el mejor testigo de ver cuál es el sufrimiento”, expresó Marcelo Pérez, sacerdote indígena de la Diócesis de San Cristóbal.

La disputa territorial afecta cerca de 30 comunidades indígenas de los dos municipios.

La iglesia católica busca ser la mediadora entre ambas comunidades tzotziles, además de ser los únicos que han llegado a las montañas a repartir víveres para los desplazados.

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