En la Ciudad de México existe un lugar llamado Corredor 13. Este sitio fue habilitado como albergue, en la calle del mismo nombre, para las personas que quedaron sin hogar tras el terremoto de 1985. La idea era reubicarlos para que tuvieran un lugar digno donde pudieran continuar con sus vidas, pero eso todavía no ocurre.

Allí, según el último censo, habitan más de 100 personas en chozas de lámina, entre patios y lavaderos comunitarios.

La mayoría de ellos no ha recibido respuesta sobre su reubicación y los que sí han tenido esa «suerte» siguen viviendo en el Corredor porque las viviendas «nuevas» eran de mala calidad, sin iluminación, sin ventilación, con olor a humedad y construidas con malos materiales (como madera apolillada).

Según El Universal, a 32 años de aquella desgracia, las más de 250 familias no pierden la fe en tener un nuevo hogar y ya han enviado oficios al Instituto de Vivienda (Invi), a Protección Civil, al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y a la delegación Gustavo A. Madero.

El año pasado la delegación dijo a los habitantes que debían acercarse al Invi porque el predio pertenece al IMSS, por lo que el asunto corresponde al nivel federal, aunque el punto es que a 32 años nadie les da respuesta.

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