Meade no puede con la pesada loza de ser el abanderado del PRI : Digitall Post
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Pepe ‘Meade’ in PRI

Pepe ‘Meade’ in PRI

Tal como lo señaló el periodista Pascal Beltrán del Río, José Antonio Meade, principal abanderado del PRI, parecería ser un auto de carreras averiado que difícilmente podría repararse debido a la falta de alternativas por parte de su equipo para que su rendimiento mejore sobre la pista.

Según encuestas, el PRI es el partido por el que menos se votaría, y con esa loza sobre su espalda, ni el más brillante de los conductores podría aspirar a ganar con un auto destartalado que echa humo o tiene una llanta ponchada.

Es probable que el candidato del PRI esté pagando el precio de su inexperiencia, pero los yerros de José Antonio empequeñecen frente al desprestigio del partido que encabeza la coalición que lo postula. Así lo dicen casi todas las encuestas.



De acuerdo con la encuesta realizada el 16 de febrero por Conteo SC, 38 por ciento de los encuestados nunca votaría por el PRI. Bajo este panorama ¿cómo podría aspirar a ganar un candidato con un partido que genera tal rechazo?

La idea de que el candidato lleve al PRI sobre su espalda como el minero héroe de la toma de la Alhóndiga de Granaditas que cargaba una enorme losa ya le está cobrando caro la factura al tricolor; sin embargo, difícilmente el Partido Revolucionario Institucional hubiese podido postular a alguien mejor.

El que haya tenido que recurrir a quien no milita en sus filas es muestra de que la caballada interna no garantizaba el triunfo. Meade fue postulado con la esperanza de que su prestigio personal sirviera al PRI e incluso permeara en el partido.

La tesis anterior parece haber sucedido al revés: el desprestigio del Partido Revolucionario Institucional ha contaminado la imagen personal de Meade, como también reflejan las encuestas. Ya de por sí es difícil vender en México la idea de la honestidad política; ahora, con un candidato que no sólo luce deslavado (no literal), la victoria parece estarse ocultando.



Aún es temprano para descartar el triunfo de Meade, pero el PRI ni siquiera parece haberse detenido para ver si el problema tiene remedio. Meade puede subirse a todos lo camiones que quiera, ir de la Condesa a Santa Fe las veces que quiera o publicar en redes sociales efigies de su esposa yendo al súper, pero difícilmente podría sostener el peso que le ha cargado el abanderamiento del PRI.

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