Los derrumbes que dejaron los sismos de septiembre en Juchitán, Oaxaca, siguen causando estragos por muchas familias y en estos días causan un malestar mayor a los habitantes pues temen que sus difuntos no lleguen a visitarlos.

Pese a que las casas están en ruinas y no tienen dinero, los zapotecas en esta región hacen los preparativos para recibir a sus difuntos. Según la creencia, llegan desde la noche del 30 y 31 de octubre. En Juchitán no asisten al panteón en esta celebración

Los habitantes tienen miedo de que sus difuntos desconozcan la ciudad debido a los derrumbes y no logren llegar a casa.

“Como le digo a ellos, va a llegar mamá y va decir, bueno, y en dónde quedó mi casa, pero ella también sabe lo que nos pasó y por lo cual estamos haciendo ese evento, ahí, donde lo estamos haciendo”, dijo Julio Luis Santiago.

Este año en Juchitán no podrán celebrar como de costumbre pues, además de los derrumbes, el pan de muerto escasea pues los hornos se rompieron por los sismos y los altares son más pequeños por la situación económica.

La tradición en la región les indica que los más de 50 fallecidos por los movimientos telúricos no estarán este Día de Muertos porque su muerte es reciente. No será sino hasta el siguiente año que estos difuntos puedan visitar a sus familiares.

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