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Política a la Mexicana: Los fuera de lugar de Cuauhtémoc

Política a la Mexicana: Los fuera de lugar de Cuauhtémoc

En el deporte más popular de este planeta que es, sin duda, el futbol soccer, existe una jugada que es la más controvertida y ha sido materia de trillones de controversias en trillones de partidos que se han jugado en la historia de este juego. A la polémica situación se le denomina “fuera de lugar” y  se da lo mismo en un “juego de llaneros” que en  un partido de campeonato mundial y el problema deriva en que es una apreciación de un árbitro lo que decide sin esta ocurrió o no, lo que ha provocado millones de errores que se han traducido en cientos de miles de injusticias para alguno de los equipos participantes. En política, decía don Jesús Reyes Heroles, lo que parece es y esto ha sido muy benéfico o muy perjudicial para la clase política mexicana según sea el caso. Pues las reglas no escritas para los que nos metimos a esta cruelísima actividad, hace que tengamos que sujetarnos a ellas y aceptar las consecuencias de nuestros aparentes o probables actos  sin que medie árbitro alguno y con pocas posibilidades de corregir la opinión de la sociedad. Lo anterior se hace todavía más despiadado y cruel con la participación de las inhumanas redes sociales que cada día ganan, injustamente, mayor credibilidad.

El gran futbolista mexicano Cuauhtémoc Blanco Bravo tuvo una carrera profesional dentro del balompié mexicano más que exitosa. Fue seleccionado nacional en infinidad de ocasiones, participo como tal en tres campeonatos mundiales y en numerosos partidos  internacionales de todo tipo. En nuestro país defendió la camiseta de varios equipos como el América, el Veracruz y el Puebla, entre otros, siendo el club de Coapa quien le proporcionara sus mejores momentos de popularidad y reconocimiento profesional. Pero también jugó en España con el Valladolid y en los Estados Unidos con el equipo de Chicago. Fue un jugador de controversias, nada fácil en su trato, peleonero con sus entrenadores y áspero con la prensa. Pero creo que nadie pudo negar su muy alta calidad de jugador y atleta profesional. Tuvo su última temporada profesional ya cercano a los 40 años con el equipo de Puebla y hasta el final se le siguió viendo por muchos como un ídolo.

Durante su carrera obtuvo buenos ingresos económicos, lo que le hubiera permitido llevar una vida más que cómoda y sin  faltarle el afecto de la afición que tanto lo admiró. Pero un día se cruzaron en su camino los dirigentes de un partido político que había perdido su registro nacional, pero que habían logrado conservar su registro en el estado de Morelos: el Partido Social Demócrata de Morelos ( PSD). Los social demócratas se enteraron que Cuauhtémoc acudía con frecuencia a Cuernavaca, en donde parece que arrendaba una casa y se les ocurrió postularlo a la presidencia municipal de la ciudad de la eterna primavera. Las condiciones se daban, como ya se habían dado en otras partes de México, para impulsar una candidatura de alguien popular y ajeno a la clase política; además Cuernavaca atraviesa por un periodo de malos servicios municipales, pavimentación desastrosa y sobre todo con un inmenso e irresoluble problema de seguridad.



A Cuauhtémoc lo único que le faltaba saborear eran las mieles del poder y no fue muy difícil convencerlo de que tenía todo para ganar. Pero por si no fueran suficientes los argumentos planteados, se le ofreció una compensación de 7 millones de pesos por aceptar la candidatura y, se dice, que se firmó un contrato para tal propósito. Si Blanco ganaba la elección se comprometía a “darles una manita a sus patrocinadores en algunos contratos y otras canonjías”.

Sorprendentemente, Cuauhtémoc sintió que ya tenía el balón frente a la portería y clavaria el gol, cuando en realidad estaba claramente en fuera de lugar. Hizo una aceptable campaña que aunada a la situación prevaleciente en esa ciudad y a su enorme popularidad deportiva le llevaron al triunfo electoral (algo parecido a lo de “El Bronco” en Nuevo León si bien este contó con muchod más apoyos políticos y económicos), lo que sorprendió a propios y extraños en el estado de Morelos. Desde antes de su registro como candidato, se presentaron protestas muy válidas sobre su inelegibilidad.

Lo que más se cuestionaba era la imposibilidad de acreditar una residencia en el estado de por lo menos 10 años anteriores a la elección, ya que desde luego no es morelense de nacimiento. Tampoco cumplía con el requisito de residencia mínima de 5 años en el municipio ya que era del dominio popular que había estado jugando en el extranjero y en otras ciudades mexicanas. El PRD, partido al que pertenece el actual gobernador de Morelos Graco Ramírez (nativo de Tabasco) fue el único que impugnó formalmente el registro de Blanco. Las gentes del PSD se movieron rápidamente y consiguieron que el secretario del ayuntamiento de Cuernavaca le expidiera la constancia de residencia basada en un contrato de arrendamiento de más de 10 años con lo que se acreditaba la residencia. Tiempo después, el dueño del inmueble afirmó que nunca había vivido Blanco ahí, pero se le dio el registro y punto.

Como sea Cuauhtémoc ganó las elecciones porque el pueblo, con todo y sus impedimentos, lo eligió. El nuevo presidente municipal empezó su administración, como era de esperarse, con todos los problemas del mundo: hubo un gran desorden, él desconocía los más mínimos detalles del gobierno y, peor todavía, no hizo mucho esfuerzo por acercarse al gobernador Garrido y a la clase política que encabeza Graco. Volvió a cometer un fuera de lugar ya que en México no se puede ignorar al gobernador de un estado, hay que guardar aunque sea las formas. Al poco tiempo, naturalmente, los del PSD empezaron a cobrar sus facturas y empezaron a estorbarle en sus funciones, a ello contribuía las constantes ausencias de Cuauhtémoc del ayuntamiento. Lo que tenía que ocurrir sucedió: al nuevo alcalde le empezó a gustar la vitamina P y empezó a deshacerse de los social demócratas. Estos no muy contentos  filtraron lo del contrato firmado para la candidatura y se armó la gresca. Cuauhtémoc lo negó rotundamente, pero luego apareció un documento del cual el presidente alegó que se había falsificado su firma y el asunto nunca quedó satisfactoriamente probado.



La actuación como funcionario de Blanco deja mucho que desear, pero ha salido bueno para la demagogia y para ser visto donde el pueblo le gusta verlo, sin embargo los miembros del Cabildo del PSD con otros aliados presentaron una solicitud de revocación de mandato al Congreso del Estado, por no cumplir el edil los requisitos legales de elegibilidad. El Congreso determinó en un santiamén que procedía la solicitud ya que no se cumplían los requisitos de elegibilidad desde el registro de la candidatura. Es decir, les tomó apenas un año darse cuenta del problema. ¡Qué rapidez legislativa! Cuauhtémoc y sus gentes iniciaron una ruidosa protesta por lo sucedido y el alcalde se declaró en huelga de hambre y se fue a refugiar al atrio de la Catedral de Cuernavaca contando con todo el apoyo del  señor Obispo, que no permitió que Blanco permaneciera en la calle. Cómo se ve Cuauhtémoc aprendió rápido las mañas que se usan en política para hacerse ver como mártir sin serlo. Aprovechando la oportunidad, la clase política morelense incluido el gobernador se unieron para lograr el juicio político y destituir al Alcalde. Le agregaron además de la ilegibilidad algunos pecadillos adicionales como aceptar en donación obra pública sin el consenso del cabildo y algunos actos de corruptela no muy bien armados. Los rivales de Blanco se posesionaron del Palacio Municipal y para ello contaron con la ayuda policiaca del Mando Único que en teoría obedecían a Cuauhtémoc.

Todo se veía negro para el Edil, se había iniciado el juicio político, El Mando Único a cargo del gobernador tenía tomado la sede del ayuntamiento y del Museo de la ciudad; por otro lado se había creado un Tuccuau (Todos unidos contra Cuauhtémoc) ya que el PRD y otros partidos se unieron en la demanda de juicio político y todo esto con la simpatía del gobernador del Estado. Pero hete aquí que Blanco se les adelantó a los diputados y a sus demás rivales y promovió una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y obtuvo la suspensión del acto reclamado. Adicionalmente La Corte ordenó al Congreso Local suspender el procedimiento de juicio de procedencia. Cuauhtémoc retomó el ayuntamiento y lo hizo en forma dramática caminando por la ciudad acompañado de un grupo de seguidores que le aplaudían y echaban porras en su honor.

De momento parece que las cosas se le compusieron al exfutbolista, pero hay que recordar que el fallo de La Corte no es el definitivo y que el propio presidente del INE ha manifestado que el caso de la residencia está abierto y no hay resolución todavía. Nosotros creemos que todo esto se veía venir desde el anuncio de su injustificada candidatura. Es un atleta inteligente paro mal preparado o inadecuado para sus funciones, se expresa con un léxico que envidiaría un lanchero de Alvarado, desconoce no solo el sistema legal que lo regula sino también las reglas más elementales de la política y es, sin embargo, el Alcalde de Cuernavaca por el voto de un pueblo harto de los políticos tradicionales y de la partidocracia imperante. Tras su pírrica victoria legal ha empezado el rumor de que ahora quiere ser gobernador de Morelos, lo que ha hecho crecer al Tuccuau y más vale que lo piense bien pues lo van a traer más marcado buscando que cometa otro fuera de lugar y lograr expulsarlo del juego de la política que una vez más da prueba de que no es una actividad para improvisados, aunque sean muy populares en otras actividades de la vida.