México.- Ana Patricia Rojo aseguró que su papá podría seguir en la actuación, pues aun cuando tiene 92 años, don Gustavo Rojo sigue motivado y todavía no está seguro del retiro definitivo de los escenarios.

La actriz retorna al teatro con la obra «Mi amiga la gorda», luego de haber trabajado junto con su papá en la telenovela «Un camino hacia el destino».

«La verdad es que la intención de mi papá era terminar ‘Un camino hacia el destino’, una telenovela que gracias a Dios ha tenido mucho éxito y donde tuvimos la oportunidad de trabajar juntos, Él decidió que se iba a retirar con ese proyecto; sin embargo, por ahí le han venido a ofrecer un par de ofertas de trabajo y las está considerando», comentó Ana Patricia, quien emocionada habló de su padre.

Añadió que don Gustavo Rojo se siente feliz y rejuvenecido cuando trabaja en lo que más le gusta y lo que ha hecho a lo largo de 75 años, que es la actuación.

«Creo que es muy difícil para los actores tomar ese paso y retirarse definitivamente, puede tener la intención y pensar que ya va a cumplir 92 años y decir: ´Me retiro a descansar y estar con mis nietas´, pero bueno, el gusanito del trabajo, del escenario, de estar frente a las cámaras, pues siempre es grande, sobre todo en su caso cuando se tienen 75 años de carrera artística ininterrumpida, pero ya veremos finalmente qué es lo que decide».

Agregó que por lo pronto, el primer actor se encuentra muy bien de salud.

«De salud está muy bien, muy tranquilo y muy contento de todo lo que le ha pasado en estos últimos meses. Al final él es uno de esos actores que lleva el escenario en la sangre, y pues esperará a que sea Dios el que lo retire y que tome esa decisión, pero pues vamos a ver qué es lo que pasa».

Orgullosa comentó que no obstante la edad de su papá, es de los pocos actores de los llamados de la tercera edad que cuentan con trabajo.

«Eso es un gran mérito, tener casi 92 años y seguir vigente, seguir siendo tan profesional, tan responsable, puntual, comprometido.

«Podrán hablar con los compañeros de la telenovela, pues si había alguien que no se quejaba, no reclamaba, ni pedía ningún tipo de condiciones era él. Que la producción lo cuidaba y lo consentía y mimaba mucho, eso sí es cierto, pero lo hacían como una cortesía, no como una exigencia de su persona».

Concluyó que si hay algo que siempre le ha admirado y aprendido a su padre, es «su profesionalismo, su entrega y ese estoicismo que lo caracteriza, pues puede estar jornadas largas y agotadoras, y él siempre las hace con una sonrisa y de muy buen humor».

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