CLEVELAND, Estados Unidos.- Bill Kochevar, un estadounidense quien quedó tetrapléjico hace 10 años en un accidente de bicicleta puede volver a usar su brazo y su mano derecha para beber y comer, gracias a una nueva neuroprótesis considerada como una “primicia” médica por los investigadores.
Este avance, se basa en un dispositivo que sortea la lesión de la columna vertebral utilizando hilos, electrodos y programas informáticos, con la finalidad de volver a conectar el cerebro del paciente con los músculos de su brazo paralizado.
Para lograr esta primicia en el mundo de la medicina, fue necesario colocar a Kochevar, dos dispositivos sobre la cabeza y 192 micro electrodos implantados quirúrgicamente en el cerebro, que registran las señales que su materia gris envía cuando quiere mover el brazo o la mano.
Gracias a este dispositivo experimental, sus músculos reciben instrucciones mediante 36 electrodos implantados en su brazo y antebrazo. Esto le permite utilizar el brazo para beber un café, rascarse la nariz o comer.
Kochevar, que recibió sus implantes intracerebrales a finales de 2014, dispone asimismo de un brazo móvil de apoyo, también controlado por su cerebro, que le ayuda a luchar contra la gravedad que le impediría levantar la extremidad para que su mano pueda tomar el tenedor o la taza.
Los avances de este tipo en neuroprótesis, no son nuevas. El año pasado, Ian Burkhart, un joven de Estados Unidos, logró utilizar su mano gracias a una conexión cerebro-ordenador, aunque vale aclarar, que su parálisis es menos severa.
Investigaciones anteriores ya se basaban en elementos similares de neuroprótesis. El año pasado salió a la luz el caso de un joven estadounidense, Ian Burkhart, que consiguió . Pero, según los autores de este nuevo estudio, padecía una parálisis menos severa.
Si bien este estudio es innovador, hay que señalar que todavía no está listo para funcionar fuera del laboratorio, ya que sin la conexión cerebro-máquina, el paciente no podría efectuar movimientos útiles. Por otro lado, los movimientos son lentos y aproximativos y todavía quedan por solventar los múltiples obstáculos como la miniaturización de dispositivos, que deberán ser los suficientemente abordables y sólidos para poder ser accesibles al máximo número de pacientes.
Con información de agencias