El Museo Nacional de las Culturas exhibe una muestra fotográfica cuyas imágenes reflejan las experiencias de jóvenes mexicanos que han realizado estancias de investigación en aquel país asiático, y resultaron ganadores del concurso anual «Mis fotos de Japón».
Además de las imágenes ganadoras de esta edición, a la exposición se sumaron otras 34 fotos que han ganado en ocasiones anteriores, y que en conjunto podrán ser visitadas en el segundo nivel del recinto ubicado en la calle de Moneda, en el Centro Histórico, hasta el 19 de abril próximo.
La iniciativa surgió como parte de los programas de capacitación que oferta el gobierno de Japón a México a través de la Agencia de Cooperación Internacional de ese país (JICA), que convoca a los exbecarios mexicanos para expresar mediante la fotografía las experiencias vividas en el país nipón, generando así un intercambio cultural.
Bajo la coordinación de la Asociación de Exbecarios de México en Japón AC (Asemeja), se seleccionaron las fotografías ganadoras de la edición 2017 del concurso, que de acuerdo con Celina Bárcenas, vicepresidenta del organismo, más allá de la calidad técnica, buscó que aludieran a un aspecto cultural y social del país del Sol Naciente.
El primer lugar del certamen fue para Carlos Alfonso Torres Fernández, con su fotografía titulada «Paz», la cual hace alusión al Memorial de la Paz de Hiroshima, que recuerda el lanzamiento de la bomba atómica en esa ciudad el 6 de agosto de 1945.
El segundo fue otorgado a José Salazar Bautista y su fotografía «Daibutsu II». La imagen refleja la tranquilidad y el simbolismo de la escultura de Buda en el Templo de Togan, en la ciudad de Nagoya.
El tercer premio correspondió a la imagen Flotando Ichi, de Herminio Menchaca Sánchez, que representa el trabajo en equipo de los japoneses de la ciudad de Kioto (antigua capital de Japón) para sostener al protagonista que baila en una escalera de diez metros de alto hecha de bambú.
La fotografía «Subasta de atún», de Stephanie Montero obtuvo una mención especial. La impresión contrasta la paz que se vive en los templos de Japón con el bullicio del Mercado de Tsukiji, en Tokio, considerado el recinto de compra y venta de pescado más grande del mundo.
Durante la apertura de la muestra, Leticia Perlasca Núñez, coordinadora nacional de Difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que esta exposición de jóvenes mexicanos que han estado en Japón refleja la calidad, el sentir y el compromiso que tienen ellos de retribuir lo aprendido en aquel país con la sociedad mexicana.
Celina Bárcenas comentó que en 2016 hubo 134 mexicanos subvencionados en distintos programas en el país insular del este de Asia, sumándose a los dos mil 441 que ya han vivido la experiencia en años anteriores.
Previo a la entrega de premios se llevó a cabo un panel donde ex becarios de Asemeja en 2016, compartieron su experiencia y la especialidad técnica que tomaron durante su estancia en aquel país.
Alejandra Mosco Jaimes, profesora-investigadora del posgrado en Museología de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, habló de los programas educativos y el enlace que tuvo con algunas comunidades ubicadas en el medio de la isla principal de Japón, así como el trabajo curatorial en distintos museos de aquel país.
Sofía Carrillo Herrerías, subdirectora de curaduría y programación del Museo Ex Teresa Arte Actual del Instituto Nacional de Bellas Artes, disertó sobre los museos de Japón como espacios de diálogo y convivencia, y resaltó la importancia que dan a la conservación del paisaje histórico de los pueblos.
El maestro Eduardo Andrés Escalante Carrillo, jefe de la Unidad Técnica de Planeación para el Manejo de Zonas Arqueológicas, en la Dirección de Operación de Sitios de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, se refirió al patrimonio cultural y el turismo en la región de Kansai, considerada como la “Ruta Dorada” de Japón.
aegm.
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