CIUDAD DE MÉXICO.- El árbol de jacarandas, cuyas flores dan vida y color a las calles de la Ciudad de México en esta temporada de invierno-primavera, con su tono azul violáceo, es un referente icónico de la capital.
Originario de Sudamérica, sobre todo en países como Brasil, Bolivia, Argentina y Paraguay, llegó a México primero a Veracruz, procedente de Manos, Brasil, de donde pasó a adornar las calles de la capital del país.
La jacaranda se ha aposentado claramente en la Ciudad de México, porque existe un buen clima, por eso se ha aclimatado, aunque en las zonas frías de la capital como el Ajusco, es virtualmente imposible el encontrarla.
Como árbol ornamental es considerado muy bello, desde el color de sus flores entre azul y violeta, que es muy característico, y resalta más porque en tiempo de seca pierde sus hojas y es cuando florece, lo hace que las flores sean muy notorias, grandes, de unos tres o cuatro centímetros de largo.
Otra parte agradable o rica de este árbol es que a pesar de que pierde sus flores, estas al caer forman casi un tapete o alfombra sobre el piso de las calles, de la Ciudad de México, lo que hace que aunque el árbol en sí perdió su flor y sus hojas, el suelo recibe todo ese color.
El árbol no tiene propiedades en el aspecto medicinal, sin embargo su madera tiene taninos, los cuales se utilizan para curtir la piel. Además al no ser ni muy dura ni muy blanda, se le puede emplear para elaborar muebles.
jcrh