ESTADOS UNIDOS,- Las incidencias que una mujer debe soportar durante el embarazo les ha obligado para superar los mareos matutinos a recurrir al uso de la marihuana, situación que nadie puede precisar sobre las posibles consecuencias que pudiera originar.
De acuerdo a una circular emitida por la revista Journal of de American Medical Association, las mujeres estadounidenses incrementan el número de quienes emplean productos derivados del cannabis cuando está embarazadas. El número se ha disparado en la última década así lo cuenta para Motherboard la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional para el abuso de drogas.
En 2002, el 2,37 por ciento de las mujeres de EE. UU. reconocieron haber consumido marihuana durante sus embarazos. El índice se disparó hasta el 3,85 por ciento entre aquellas que reconocieron haberlo hecho en 2014. Volkow ha añadido que el aumento está relacionado con el hecho de que cada vez son más tanto las mujeres no embarazadas como personas de otros grupos de adultos que consumen cannabis.
Sin embargo, el impacto de la marihuana en los fetos sigue siendo incierto. «No existen evidencias directas de los efectos que el consumo de cannabis pueda causar en ningún momento del embarazo» explica Volkow.
En cualquier caso, asegura, el sistema nervioso del bebé empieza a desarrollarse a partir de la tercera semana de gestación, mucho antes de cuando la gran mayoría de las madres saben que están embarazadas. «De tal forma, imaginamos que el impacto del uso de la marihuana en el feto debería de empezar entonces» precisa.
Las escasas evidencias que disuaden a las madres embarazadas de usar cannabis, provocan que, a menudo, la decisión de hacerlo o de no hacerlo sea puramente personal. Una madre, por ejemplo, que padeció de «hiperémesis gravídica», una enfermedad que le provocaba muchos vómitos y malestar afectando tanto a su salud y a la de sus bebé, usó el cannabis para paliar las náuseas.
«La marihuana me ayudó inmensamente», ha contado a VICE. «No creo que lo hubiese conseguido superar sin ella».
Tanto a través del periodo prenatal como durante los primeros años de vida, el cerebro está en permanente desarrollo y puede verse afectado por el consumo de esta droga durante la gestación y el periodo de amamantamiento.
Mientras el cerebro forma las nuevas neuronas, el propio sistema endocannabinoidal (las células endógenas receptoras de cannabinoides que están por todo el cuerpo) están implicadas en esos procesos, explica Volkow. De tal forma, cualquier cannabinoide derivado de la marihuana en el organismo del bebé podría tener un efecto, por mucho que todavía se ignore exactamente cuál.
«Todavía no sabemos el grado de riesgo [para el feto], pero las crecientes evidencias sugieren que la exposición prenatal a la marihuana podría impactar en el desarrollo del cerebro del feto, que podría tener unas consecuencias duraderas en el bebé», explica.
«Otros efectos secundarios que el consumo pueden provocar en el bebé incluyen un aumento de la probabilidad de que padezca anemia, un menor peso al nacer, y un incremento del riesgo de que el feto termine en una unidad de cuidados intensivos».
Mientras los efectos del cannabis en los bebés, tanto a nivel prenatal como durante su infancia siguen siendo muy inciertos, cada vez son más quienes defienden el uso de la marihuana durante el embarazo como una alternativa al alcohol y los cigarrillos. Un estudio de 1994 que examinaba a los recién nacidos de Jamaica ya probaba que el consumo de cannabis no tenía ningún efecto negativo en los fetos de los pequeños.
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