CIUDAD DE MÉXICO,- Las campañas de planificación familiar se hallan dirigidas a la población adolescente con objeto de posponer su embarazo, pero no se les orienta hasta cuando es conveniente aplazarlo sin poner en riesgo la capacidad fértil generando un problema de desinformación sobre fertilidad.
A nivel mundial se ha retrasado la edad para la concepción, sea por motivos culturales, económicos o profesionales y cada vez es más común que las parejas pospongan su decisión de tener hijos hasta gozar de estabilidad económica, profesional y de vida en pareja.
Diferentes investigaciones publicadas en la literatura médica internacional, al igual que estudios realizados en el Centro Mexicano de Fertilidad “Dr. Alberto Kably” permiten observar que, en promedio, en las mujeres se inicia un rápido declive de la reserva de óvulos a partir de los 35 años de edad. En el caso de los hombres existen estudios que muestran que el avance de la edad es acompañado de una disminución en la cantidad, calidad celular y movilidad de los espermatozoides.
A través de la reproducción asistida ha sido posible el embarazo a término exitoso de miles de bebés, incluyendo embarazos de mujeres con más de 45 años. Sin embargo, la evidencia clínica indica que la tasa de éxito disminuye mientras la edad avanza. Aunque se cuente con acceso a la mejor tecnología de reproducción asistida, si a cierta edad ya no hay óvulos, no se podrá lograr el embarazo.
Algunas cifras que permiten ilustrar cómo disminuye la producción de células reproductivas u óvulos a lo largo de la edad son las siguientes estimaciones: 8,000,000 de óvulos en la etapa de desarrollo fetal; 1,000,000 al nacimiento, 400,000 durante la pubertad y solamente 400 son ovulados a lo largo de la vida fértil de una mujer.
Quizá haya quien piense: “Ah. No hay problema. Si a los 35 años tengo 16 mil óvulos, está bien, pues sólo quiero tener un hijo”. Pero no considera que, de todo el conjunto de óvulos mensuales solo uno es el dominante y van disminuyendo cada mes, estas cifras que se observan en mujeres completamente sanas puede ser menor dependiendo de fármacos y enfermedades, agresiones externas que alteran la calidad de los óvulos como radiación, tabaquismo o exposición a contaminantes.
La calidad y cantidad de óvulos siempre estará influido por la edad. Por eso es importante informar que los 35 años de edad es cuando inicia el declive o pendiente más fuerte de capacidad reproductiva.
Siempre hay un punto medio. No debes estar tan joven para lograr un embarazo, porque quizá biológicamente estás bien y mentalmente o socialmente no estás preparado. Pero tampoco se debe retardar tanto, hay que tener claro un punto máximo.
Aunque se conozcan casos de mujeres que tuvieron su primer embarazo después los 38 o 39 años, la posibilidad de embarazo tiene su declive máximo después de los 35 años. Por ejemplo, de manera natural en una pareja sana de menos de 25 años la posibilidad de tener un embarazo es de 25% a 30% por mes. En cambio, una mujer de 43 años tiene una posibilidad de 3%, por ciclo, de lograr un embarazo.
En el caso de los hombres, el factor edad también es determinante en la posibilidad de lograr un embarazo exitoso. Hay que aclarar que, en el caso del varón, no nace sólo con los espermatozoides que usará en toda su vida. Su organismo sigue produciendo. Esa ventaja biológica disminuye los problemas de producción de suficiente cantidad de espermatozoides, pero enfoca la atención al tema de la calidad de los mismos.
Tal es el ejemplo de “El valor de la edad paterna en los resultados de inseminación intrauterina” trabajo publicado en la Revista Mexicana de Ginecología y Obstetricia en el que se analizaron 2,276 ciclos de inseminación intrauterina sólo con mujeres menores de 35 años de edad en donde se encontró una menor tasa de embarazo en hombres mayores de 50 años.
Naturalmente lo que ocurre en una mujer es que llega la menopausia, se acaban los óvulos, disminuyen las hormonas sexuales femeninas y con ello las posibilidades de embarazo. Existen pruebas de sangre y ultrasonido destinadas a evaluar la cantidad de óvulos que quedan en el ovario, es decir, la reserva ovárica, para aconsejar sobre posibilidades de embarazo, de retrasar la maternidad, etc.
Las técnicas de reproducción asistida pueden compensar algunos de los efectos negativos de la edad de la pareja. Asimismo, existen algunas alternativas de preservación de la fertilidad, por ejemplo, las técnicas de conservación de células a bajas temperaturas: crio preservación y vitrificación, técnicas que en México se utilizan con alta efectividad.
El conocimiento sobre la fertilidad favorece una toma de decisiones adecuadas sobre el futuro reproductivo y evita las conductas que llevan a la disminución de la posibilidad de embarazo.
dr.armandoroque/r3