CIUDAD DE MÉXICO,- La exigencia por incrementar la productividad en los sectores económicos y tecnológicos provoca que los ecosistemas no estén listos para afrontar la contaminación. Claudia Tello de la Torre, especialista en economíaregional y urbana.
Por su parte, la profesora del Centro Interdisciplinario de Estudios Metropolitanos (Centromet), Isela Orihuela, recordó que la contaminación del aire influye en la salud por la exposición de altas concentraciones de contaminantes en la atmósfera.
Orihuela refirió que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2010 la polución del aire originó tres millones de muertes prematuras, donde los más perjudicados son los niños y los ancianos.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Orihuela indicó que entre las afecciones ligadas a este tipo de contaminación se encuentran el cáncer de pulmón, las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y pulmonares crónicas.
La especialista propuso para mejorar la calidad del aire el uso de tecnologías limpias que disminuyan las emisiones contaminantes en la producción de energía, además de estandarizar las emisiones en automóviles e industrias.
Señaló que la contaminación no sólo engloba los aspectos relacionados con el aire, ya que abarca temas relacionados con el suelo, el agua, la acústica y la lumínica.
En este sentido, la especialista adscrita al Centromet, Citlalli Aidee Becerril Tinoco, subrayó que el agua en todas las ciudades de México tiene diversos grados de contaminación, tanto en cuerpos de agua superficiales como acuíferos.
“La contaminación del agua tiene impactos negativos en las ciudades tanto de manera directa como indirecta, porque puede causar efectos nocivos en la salud de la población, ya sea en el corto, mediano o largo plazo, depende del tipo de contaminantes y sus concentraciones”, apuntó Becerril Tinoco.
Otro de los problemas actuales en las ciudades es la contaminación acústica, pues la gente se enfrenta día con día a altos niveles de decibeles (dB), lo cual puede provocar en las personas enojo, ira, incremento de presión sanguínea y niveles de glucosa en sangre.
La investigadora del Departamento de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana (UIA), Jimena de Gortari, expuso que el umbral auditivo va de cero a 140 dB, donde la máxima es similar al despegue de un avión. La Ciudad de México registra cerca de 70 u 80 dB.
En tanto, el investigador del Conacyt, Héctor Solano Lamphar, mencionó que por contaminación lumínica la Ciudad de México registra en promedio 16 magnitudes por segundo de arco al cuadrado, por su parte, Guadalajara, Puebla, Monterrey y Tijuana presentan entre 17 y 18 magnitudes.
“Hablando de contaminación lumínica, entre menor es el nivel, mayor la contaminación. 22 magnitudes por segundo de arco al cuadrado es el grado de cielo nocturno natural”, sostuvo.
Los especialistas coincidieron que es posible vivir en una ciudad sin contaminación o con índices más bajos, sin embargo, para lograrlo se necesita un trabajo entre empresarios, gobierno y sociedad.
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