BRUSELAS,- Las acusaciones de Donald Tusk presidente de la Comisión Europea, no tienen argumentos para tachar a los rusos y plantear nuevas sanciones contra su país por los bombardeos contra la ciudad siria de Alepo, calificado de «crimen de guerra» por las cancillerías occidentales.
Sergei Lavrov ministro de Exteriores ruso, descartó una nueva Guerra Fría y que Moscú busque debilitar a la Unión Europea (UE). El jefe de la diplomacia rusa, en una reunión con empresarios europeos, también criticó a Alemania por su decisión de abandonar su pragmatismo tradicional en las relaciones con Rusia.
«No tenemos contradicciones ideológicas que hagan inevitable una Guerra Fría. La democracia y el libre mercado es aceptada por ambas partes», dijo Lavrov.
Agregó, «no puede haber justificación para lo que llaman democratización a cualquier precio, destrucción de sociedades y desprecio a sus tradiciones, su cultura y sus valores».
«Rusia nunca va a darle un barniz de ideología a sus posturas. Siempre estaremos dispuestos al diálogo sincero y mutuamente beneficioso para superar los problemas, que surgieron no por nuestra culpa», subrayó. Lavrov se mostró sorprendido por las recientes declaraciones del presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, sobre que «el principal objetivo de Rusia es debilitar a la UE».
«No puede haber nada más lejos de la verdad que dichas declaraciones infundadas. Lo hemos dicho y demostrado en numerosas ocasiones que queremos ver una UE fuerte, unida y autónoma», destacó
Expresó su confianza en que dicha postura no sea apoyada por los países miembros de la UE, ya que adujo que es una muestra de «rusofobia» y repercutirá «negativamente» en la cooperación, especialmente en el plano comercial.
Finalmente adelantó que Rusia responderá sin titubear en caso de que EE.UU. adopte nuevas sanciones, aunque precisó que en la conversación que mantuvo ayer con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, éste se manifestó «muy interesado» en cooperar con Moscú en Siria.
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