CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco recibió hoy en audiencia privada al nuevo superior general de la Compañía de Jesús, su congregación religiosa, el “Papa negro” Arturo Sosa Abascal. Es la primera vez en la historia que un pontífice jesuita sostiene un encuentro privado con un Prepósito de la Compañía no europeo, en este caso el venezolano Sosa elegido por la Congregación General, el máximo órgano de gobierno de la orden, el pasado viernes.
Aunque no trascendieron los temas tocados por ambos religiosos, esta semana Sosa compareció ante la prensa y con buen humor reconoció que no tiene un plan trazado sobre cómo gobernará a la Compañía de Jesús. “Estoy bien, estoy sereno, muy sorprendido pero al mismo tiempo agradecido al señor, listo a responder con alegría al señor. Fue inesperado para mi (la elección). Necesito mucha ayuda, no es un trabajo que puedo hacer solo, pero me fío mucho de mis compañeros”, precisó. Aclaró que no modificará la misión de los jesuitas que es el “servicio de la fe” y la “promoción de la justicia” teniendo en cuenta la diversidad cultural y el diálogo. “Esto es algo que todos los jesuitas tienen en su corazón y no cambia”, precisó. También se refirió a la situación política y social en Venezuela, afirmó que el modelo económico de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro es “rentista” porque vive de las rentas del petróleo administradas por el gobierno en exclusiva.
Estableció que ese modelo no permite mantener a la sociedad y señaló que tampoco la oposición muestra un modelo distinto. “Los puentes para superar la crisis se han comenzado a construir pero falta avanzar porque nadie en Venezuela quiere más violencia de la que ya existe”, abundó. De 68 años, Sosa Abascal fue durante años un destacado superior jesuita en Venezuela combinando sus labores de gobierno de la orden con una prolífica actividad de analista político y escritor, sea de libros como de artículos. Conoció a Jorge Mario Bergoglio, el actual Papa Francisco, durante la Congregación General de la Compañía de Jesús número 33 a inicios de los 80. En Roma, donde se mudó hace dos años para asumir actividades en el ámbito de la cúpula jesuita, saludó al pontífice unas cinco ocasiones.
“El principal desafío de la Compañía es la reconciliación, ante tantas guerras y violencia que se conocen. Es una gran llamada a la reconciliación, no puede estar el reino de Dios entre nosotros si no nos entendemos”, explicó Sosa. “Estoy metido en líos desde hace tiempo, ahora me tocan nuevos líos. La Iglesia, la compañía, no es una organización para defenderse de si misma, no para conformarse con lo que hay. La aspiración del cristiano debe ser lo imposible”, abundó. Al mismo tiempo reconoció que no le gusta el apelativo “Papa negro”, como por tradición se le llama al superior de los jesuitas. Indicó que ese adjetivo proviene de que el superior de la Compañía siempre fue elegido de por vida, a diferencia de las otras congregaciones.
Notimex/JRGA