QUITO, ECUADOR.- Julian Assange ha quedado aislado en su refugio de la embajada de Ecuador en Londres y en una confrontación directa con sus protectores ecuatorianos por cortarle el acceso a Internet.
Desde que llegó a la embajada hace más de cuatro años y quedó bajo encierro, el internet fue el cordón umbilical con el mundo del activista australiano y fundador de WikiLeaks. Eso cambió hace unos días, cuando su grupo apuntó hacia la candidata presidencial estadounidense Hillary Clinton y reveló una serie de documentos que la afectaban.
El Gobierno de Ecuador, que ha elogiado a Assange por la que considera su lucha contra abusos de grandes gobiernos y corporaciones, reconoció el martes que cortó el Internet al activista, aunque también aseguró que mantendría el asilo para él.
Para algunos, permitir que Assange filtre documentos secretos desde la embajada ecuatoriana puede dañar la relación de Ecuador con Estados Unidos, su principal socio comercial, lo cual pone en un dilema al gobierno del presidente Rafael Correa.
Los correos electrónicos revelados por WikiLeaks incluyen discursos de Clinton al banco de inversiones Goldman Sachs, que su rival Donald Trump ha usado para decir que muestran la deshonestidad de la demócrata. Para agentes de inteligencia estadounidense, detrás de las filtraciones están las manos de Rusia para intentar interferir en la elección estadounidense, aunque no está claro cómo es que la organización de Assange obtuvo los documentos.
Estados Unidos es el principal cliente de las exportaciones ecuatorianas. La balanza comercial es favorable para Ecuador en la relación bilateral: en 2015 vendió el equivalente a siete mil 200 millones de dólares, mientras que las importaciones ascendieron a cinco mil 400 millones.
WikiLeaks aseguró que el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, había intervenido personalmente para solicitar a Ecuador que impidiera que Assange siguiera publicando documentos sobre Clinton, algo que rechazaron ambos gobiernos.
Correa ha mostrado su simpatía con Clinton. »Por Estados Unidos quisiera que gane Hillary (Clinton). La conozco personalmente y la aprecio muchísimo», dijo a finales de septiembre.
No es la primera vez que Assange supera los límites de tolerancia de sus anfitriones: en agosto de 2013, Correa le llamó la atención debido a que el activista grabó un video cómico al interior de la embajada para burlarse de funcionarios australianos durante la campaña política en ese país. »Eso no lo vamos a permitir», le dijo el mandatario.
Assange llegó a la embajada de Ecuador en Londres en junio de 2012 para escapar de una orden de extradición a Suecia, donde tenía acusaciones de delitos sexuales que reiteradamente ha negado. El australiano teme que una vez en Suecia sea enviado a Estados Unidos para ser inculpado por la filtración de miles de cables del servicio secreto y el Departamento de Estado de ese país.
Para la mayoría de ecuatorianos estos temas, que parecen producto de una trama de película de espías estadounidenses, no revisten mayor importancia y no son parte de los comentarios del día a día. Sin embargo, hasta los opositores de Correa no consideran viable que se le retire el asilo.
»No es cuestión de llegar y botar a alguien de la noche a la mañana de la embajada porque se lo podría exponer a riesgos», dijo el opositor Guillermo Lasso.
con información de agencias
jcrh