SIRIA.- Bashar al-Assad, presidente de Siria, ofreció una amnistía a los rebeldes atrincherados en Alepo, si deponen las armas y entregan la ciudad. Este acto, tiene lugar tras dos semanas de los bombardeos más intensos en cinco años y medio de guerra, en los que murieron cientos de personas atrapadas en el sector este de la devastada urbe, que se encuentra en manos de los insurgentes, y que pusieron fin a un pacto de cese al fuego.
Los combatientes han aceptado ofertas similares de amnistía del Gobierno sirio en otras zonas capturadas en los últimos meses, como Daraya, un suburbio de Damasco que estuvo sitiado por años hasta que los insurgentes se rindieron en agosto.
No obstante, los rebeldes dijeron que no tenían planes de evacuar Alepo, la última zona urbana importante bajo su control, y denunciaron que el ofrecimiento de amnistía es un engaño.
Washington también se mostró escéptico sobre las motivaciones de Damasco: «Que sugieran que de alguna manera ahora están velando por los intereses de los civiles es indignante», dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest, mencionando la enorme cifra de civiles muertos por los ataques aéreos y bombardeos de las fuerzas oficiales en Siria.
El Ejército sirio anunció el miércoles una reducción en los bombardeos y ataques aéreos para permitir que las personas abandonen la zona. Y acompañó el anuncio con un ultimatum: «Todos aquellos que no aprovechen la oportunidad provista de deponer sus armas o irse enfrentarán su inevitable destino».
El Gobierno envió además mensajes de texto a los teléfonos celulares de algunas de las personas atrapadas en el sector sitiado, diciéndoles que repudien a los combatientes a su alrededor. Se cree que más de 250.000 personas estarían atrapadas en la zona del este de Alepo bajo control rebelde, sufriendo escasez de alimentos y medicinas.
En declaraciones a la televisión danesa, Assad dijo que seguirá luchando contra los insurgentes «hasta que dejen Alepo. Tienen que hacerlo. No hay otra opción». Agregó que quería que acepten el trato de dejar la ciudad junto con sus familias y viajen a otras áreas bajo control rebelde. Ni el mandatario ni sus funcionarios brindaron plazos.
Estados Unidos acusa a Rusia y Siria de cometer crímenes de guerra al apuntar intencionalmente contra blancos civiles, envíos de ayuda y hospitales. Moscú y Damasco acusan a Washington de respaldar a terroristas por su apoyo a grupos rebelde.
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