BOGOTA, – Este domingo ha concluído el plebiscito para decidir si respaldan o rechazan un acuerdo de paz que ponga fin a 52 años de conflicto con la guerrilla de las FARC y bajo el cual cerca de 7.000 combatientes podrán dejar las armas y formar un partido político.
Las urnas cerraron a las 16.00 hora local (2100 GMT) después de ocho horas en la que los electores acudieron a votar sin hechos de violencia y con una elevada abstención en la que influyeron las lluvias en varias regiones del país.
Con el «Sí» o «No», los electores tenían la última palabra sobre el histórico acuerdo que firmaron el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», para terminar la confrontación que dejó unos 220.000 muertos.
Para Santos, el plebiscito, el primero desde 1957, es la decisión política más importante de la historia reciente para la conservadora sociedad de Colombia, dividida sobre el acuerdo debido en gran parte al pasado criminal de la guerrilla que incluye asesinatos, secuestros y ataques indiscriminados.
«Espero que la votación cambie la historia de este país para bien. Terminar una guerra de 52 años, abrir el camino de la paz, y la paz nos va a llevar a un mejor futuro», dijo el mandatario después de votar.
El pacto, que proyectó a Santos y a Londoño como candidatos al Premio Nobel de la Paz, establece que las izquierdistas FARC dejarán las armas y sus trincheras para luchar por sus ideales desde la política, crea una instancia judicial especial para juzgarlos, establece subsidios para que se integren a la sociedad y también compensaciones a las víctimas del conflicto.
Las encuestas pronostican un triunfo del «Sí» al acuerdo, pero un gran sector de la sociedad liderado por el ex presidente Álvaro Uribe lo rechaza al considerar que los jefes guerrilleros tienen que ir a la cárcel por los crímenes cometidos y no deben tener la posibilidad de ocupar cargos de elección popular.
«Yo me incliné por el ‘Sí’, le apuesto a un país en paz, con más oportunidades y un mejor futuro para todos. Si gana el ‘No’, nos condenaríamos a una guerra eterna que lo único que nos ha traído es la pérdida de vidas inocentes y a seguir padeciendo este infierno», dijo Olga Benavidez, una enfermera de 21 años.
Si es avalado el acuerdo, producto de casi cuatro años de complicadas negociaciones en La Habana, las FARC tendrán cinco escaños en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes durante dos periodos consecutivos a partir de 2018, incluso si no alcanzan la suficiente votación en las elecciones.
Pero un triunfo del «No» impediría al Gobierno implementar el acuerdo, lo que en la práctica significaría la continuidad del conflicto en el país de 49 millones de habitantes.
«Voté por el ‘No’. No quiero enseñar a mis hijos que todo es perdonable», dijo Alejandro Jaramillo, un ingeniero de 35 años en un puesto de votación del noroeste de Bogotá.
En un aparente intento por acallar a los críticos y a los escépticos, las FARC anunciaron antes de la votación que declararán ante las autoridades todos sus recursos económicos para que sean invertidos en resarcir a las víctimas.
Ganará la opción más votada y para ser legalmente válida debe lograr el respaldo de al menos 4,54 millones de votantes, es decir un 13 por ciento del censo electoral de casi 35 millones de personas.
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