MÉXICO.- Las propuestas de Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, tales como la construcción de un muro y la confiscación de las remesas familiares, harán crecer el crimen organizado. Esta es la conclusión a la cual llegaron expertos del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado mexicano.
Trump ha dicho que los mexicanos que emigran son en su mayoría «narcotraficantes, violadores y criminales» y ha señalado que para frenarlos se requiere de un muro que debería pagar México. En caso de negarse, ha amenazado con confiscar parte de los 24.000 millones de dólares de las remesas que México recibe cada año de sus connacionales.
Los expertos del Senado, han indicado que confiscar las remesas haría que se generara un gigantesco mercado clandestino de transferencias de dinero de los indocumentados. «Podría orillarlos a buscar métodos informales, facilitando así operaciones de lavado de dinero», expone el informe.
Este mercado negro de dinero sería dominado por la delincuencia organizada transnacional que vería una extraordinaria oportunidad para «extraer ganancias», señala.
Expertos como Manuel Orozco, especialista de la Universidad de Harvard sobre remesas y migraciones, han señalado también que lo que Trump sugiere «no es posible y además es ilegal» por cuanto no se puede «penalizar a individuos por los actos que debería realizar un Estado».
«Es fácil decirlo, pero imposible de concretar técnicamente, además de ser una ilegalidad», declaró afirmó por su parte Angie Maria Kelly, directora ejecutiva del Center for American Progress. Con estas ideas «social y económicamente estúpidas» Trump demuestra estar «desconectado de la realidad», afirmó.
En 2014, América Latina y el Caribe recibieron 65.300 millones de dólares de remesas, con México a la cabeza, que registró un aumento del 8% respecto al 2013, según un informe del Fondo Multilateral de Inversiones.
Pero otra de las propuestas del magnate de la construcción, la deportación de los 11 millones de mexicanos sin documentos, también generaría beneficios a las bandas criminales que se disputan el trasiego de grandes cargamentos de droga hacia Estados Unidos, lo que afectaría a ambos países.
«La deportación de millones de personas tendría efectos inconmensurables tanto para México como para Estados Unidos», alertan los investigadores.
En el caso de México el regreso de millones de mexicanos desquiciaría al mercado laboral que no tendría la posibilidad de absorber la mano de obra de tantas personas por lo que estas terminarían en las garras de las organizaciones criminales. «La llegada de millones de nacionales deportados provocará una presión demográfica que la economía local no asimilaría» por lo que se crearían «mercados laborales negros», expone.
La construcción del muro de 3.200 kilómetros en la frontera entre México y Estados Unidos también ayudaría al crimen, por cuanto se concentrarían «flujos no autorizados de drogas, personas y armas en cruces fronterizos que ya están actualmente saturados».
México se ha visto golpeado en los últimos 10 años por la peor ola de violencia en más de medio siglo, que ha arrojado unos 184.000 muertos, unos 27.000 desparecidos y unos 280.000 desplazados, según estimaciones oficiales e independientes.
La criminalidad resurgió después de que el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón decidió lanzar en diciembre de 2006 una ofensiva contra las bandas delincuenciales con apoyo del Ejército y la Marina que ha generado también una verdadera crisis en materia de derechos humanos.
con información del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado mexicano y Ansa Latina
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