MÉXICO.- Como nunca antes, el sector más conservador de la sociedad mexicana, se manifiesta a disgusto contra la iniciativa presidencial del matrimonio igualitario.
Prueba de esto, las más de 120 movilizaciones en la República, convocadas por el Frente Nacional por la Familia. Mario Romo, vocero de este grupo, consideró como algo «inédito» que la población de 120 ciudades salga a las calles al unísono. Advirtió que la defensa por el matrimonio «natural» apenas comienza.
Se pretende empujar una iniciativa ciudadana en el Congreso que establezca en la Constitución la definición de matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, así como el derecho de los menores a ser adoptados por padres de diferentes sexos», expuso el vocero de la agrupación.
«Algo que ha sido histórico es que se trata de todo un movimiento que está unido con la participación de católicos, evangélicos, los mormones, la sociedad civil, ateos y también muchas personas homosexuales que tampoco están de acuerdo con que se cambie la naturaleza jurídica del matrimonio, ni con la adopción de los niños como si fuera un derecho del adulto. Lo que ellos piden es que se respete su forma de vida; sin embargo, no están de acuerdo que al exigir el respeto se pase por estos cambios.»Esto apenas comienza, estamos de alguna manera exigiendo que la familia y el matrimonio natural por el bien de los hijos no sea un laboratorio para experimentar», declaró Romo, del Frente Nacional por la Familia.
Con las movilizaciones, se exigirá que las propuestas ciudadanas para establecer en la Constitución el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, así como el derecho de los niños para ser adoptados por parejas de diferente sexo sean analizadas por el Congreso de la Unión.
Los grupos demandarán que la Secretaría de Educación Pública (SEP) se «abstenga de meter ideología de género en los contenidos educativos», señaló.
Por otro lado, alrededor de 300 académicos de distintas universidades como la Iberoamericana, la UNAM y El Colegio de México consideraron que las marchas contra los matrimonios entre las personas del mismo sexo, convocadas en diversas partes del país, pueden incrementar el clima de discriminación hacia las parejas homosexuales.
En una carta firmada, señalaron que todas las personas, sin importar su orientación sexual, tienen derecho a formar una familia y unirse en matrimonio si así lo desean, por lo que el llamado a marchar contra las bodas entre personas del mismo sexo es una visión contraria a los derechos humanos. «Consideramos que todas las personas, sin importar su identidad, expresión de género y orientación sexual, tienen derecho a formar una familia y unirse en matrimonio si así lo desean», dicen en la carta.
con información de agencias
jcrh