FLORIDA,- El peligro de la implosión se hizo presente..Elon Musk debe absorver los gastos inherentes al fallido cohete Falcon 9 en las instalaciones de la NASA. La fortuna de ocho mil 300 millones de dólares, corre el peligro de esfumarse, por ahora le apuesta a fusionar Tesla Motors con Solar City, lo aconsejable es abandonar la endeudada instaladora de paneles solares.
Pero hace mucho que Musk pone su dinero en sus “grandes visiones”, como separarse del mundo de los combustibles fósiles y colonizar Marte, y a veces se queda con tan poco dinero que se ha acercado, según él mismo lo admite, a la bancarrota personal.
“Tiene agallas, se lo reconozco”, dijo Ross Gerber, máximo responsable de Gerber Kawasaki Wealth & Investment Management, que tiene una posición de cinco millones de dólares en Tesla y recientemente anduvo vendiendo sus acciones. “Él empuja mucho a sus empresas para adelante, pero Elon podría implosionar”.
Así las cosas, sólo el cuatro por ciento de su fortuna (aproximadamente 152 millones de dólares) está atado a Solar City, de la cual es presidente y principal accionista. La empresa viene consumiendo dinero a un ritmo prodigioso y, según presentaciones ante el ente regulador, se acerca a un incumplimiento de sus tres mil millones de dólares en deudas. Si no se concreta la adquisición propuesta por Tesla y Solar City se consume, Musk sufrirá un golpe relativamente menor.
La explosión del Falcon 9 de SpaceX disminuyó la fortuna en 779 millones de dólares, con este incidente el empresario acumula 963 mkllones de dólares menos, poco más del 10 por ciento frente a lo que tenía al cierre de 2015. Esto ocurrió debido a dos factores: caídas en los precios de las acciones de sus empresas y la presentación ante el ente regulador del miércoles, que mostró que Musk puso 489 millones de dólares adicionales de sus acciones en Tesla y Solar City como garantía para préstamos personales.
Se eliminan del cálculo de su fortuna neta total las acciones comprometidas porque no están inmediatamente disponibles para él, en tanto que el préstamo es para liquidez personal; él ni siquiera acepta el salario mínimo de 37 mil 584 dólares que Tesla está obligada a pagarle.
Si bien la perspectiva de una fusión es polémica —algunos analistas e inversores la ven como un rescate costoso de Solar City— Musk dijo que está más empeñado que nunca en lograrla. Explicó que los clientes se beneficiarán por tener donde comprar e instalar paneles solares, almacenar energía y cargar autos eléctricos, en un solo lugar. Muchos accionistas lo apoyan.
Musk es famoso por su alta tolerancia a los riesgos. Invirtió en Tesla y SpaceX los 180 millones de dólares que ganó en 2002 con la venta de PayPal, del cual fue uno de los cofundadores, a EBay.
Para 2008, ambas se estaban quedando sin recursos: Tesla sufría una hemorragia de dinero y los primeros tres cohetes lanzados por SpaceX no alcanzaron la órbita.
Pero en diciembre de ese año, tras el impecable cuarto vuelo de SpaceX, la NASA anunció que la empresa había obtenido un contrato por mil 600 millones de dólares para transportar cargas a la Estación Espacial Internacional. Al filo de la Nochebuena, Tesla cerró una ronda de financiamiento fundamental y se salvó por pocas horas de la bancarrota.
“Ningún nivel de riesgo es demasiado alto para Elon Musk”, dijo Mike Ramsey, analista de Gartner “Eso está totalmente claro. Está completamente metido en el juego”.
El máximo responsable de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo en una publicación online que está “profundamente decepcionado por saber que el lanzamiento fallido de SpaceX destruyó nuestro satélite, que habría llevado conectividad a muchos emprendedores y a todos los demás por todo el continente”.
r3