CIUDAD DE MÉXICO,- Desde el principio de la administración, el gobierno federal estableció como prioridad imponer las reformas estructurales, que según ellos nos permitirían alcanzar tasas de crecimiento económico de 4.7 por ciento en 2015 y de 5.3 por ciento en el 2018.
En los primeros tres años de esta administración no se logró llegar al crecimiento inercial que se tenía antes de las reformas estructurales, sino que derivado justo de las reformas estructurales estamos ante una economía estancada, a punto de entrar en una recesión.
Se pueden documentar muchas muestras del fracaso de las reformas estructurales, la Reforma Hacendaria por ejemplo quedó en una simple Reforma Fiscal caracterizada por el aumento de impuestos que si bien le permitió al gobierno compensar la caída de los ingresos petroleros sus efectos han sido muy transitorios y desde 2015, la Secretaría de Hacienda ha venido realizando constantemente recortes al gasto público lo que ha favorecido el estancamiento económico.
La Reforma Energética que según el gobierno iba a ser “la madre de todas las reformas”, no ha cumplido ninguno de los objetivos: la producción de hidrocarburos y sus derivados sigue en picada; la dependencia energética de las importaciones es cada vez mayor; las empresas productivas, Pemex y CFE en vez de haberse fortalecido están en franco deterioro.
Ante la falta de resultados, el gobierno tomó algunas medidas demagógicas como decirnos que los precios de las gasolinas y la electricidad iban a bajar derivado de la reforma energética; lo que estamos viendo es que tanto la electricidad, como las gasolinas han subido.
Además, el Gobierno Federal ha informado que para el 2017, se liberalizarán los precios de las gasolinas, por lo que estarán más caras que en el 2016.
Respecto la Reforma Educativa está haciendo agua. En primer lugar, hay que decir que sólo se trató de una reforma laboral en materia educativa. Una prueba de ello es que hasta este año se está empezando a discutir el “modelo educativo”, lo que debió ser el primer paso para una verdadera reforma.
Es absurdo que se haya evaluado a los maestros con base en un modelo educativo que iba a cambiar. Además, la evaluación resultó un verdadero fracaso. No ha tenido ningún efecto sobre la calidad y las condiciones laborales de los maestros.
Sobre la Reforma de Telecomunicaciones es importante señalar que en 2016, México descendió 7 lugares en el Índice de Tecnología de la Información , ubicándose en el lugar 76 de 139 países y no sólo eso, sino que su calificación bajó de 4.03 en 2015 a 3.99 en 2016. El Gobierno Federal limita la evaluación de la reforma a decir que los precios de los servicios han disminuido, pero deja de lado otros aspectos como la cobertura y calidad de los servicios, que son tanto o más importantes que los precios.
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