MÉXICO.- El mundo musical latinoamericano está de luto. El domingo, sorpresivamente, el cantautor Juan Gabriel muere en Santa Mónica, California a causa de un ataque cardiaco fulminante.
La industria musical del mundo de habla hispana se refugió en las letras de Alberto Aguilera Valadez y, él se solidarizó con su pasado al “comprender, aceptar y perdonar” frase que siempre señaló como “lo más bonito de la vida”.
No tengo dinero, El Noa Noa, Siempre estoy pensando en ti, Amor eterno, La diferencia, Querida, A mi guitarra, Hasta que te conocí, Abrázame muy fuerte; tan solo son nueve títulos que han sido interpretados por un país, un continente, un mundo que reconocía verse reflejado en cada uno de sus pensamientos, acompañados de la sonoridad ideal, para el momento adecuado. Sí, para bailar, para llorar, para reír, para soñar… siempre estaba Juan Gabriel presente.
Juan Gabriel y Alberto Aguilera Valadez eras distintos pero con un mismo fin… respirar por y para la música y su público. El primero, el artista que se ganó el aplauso y cariño del mundo que lo conoció. Un hombre que tuvo que enfrentarse a un público con tabúes que no fueron impedimento para triunfar. Alberto Aguilera, compositor que con cada letra pareciera reflejar la filosofía de su vida; un perdón, una aceptación y una comprensión, por todo lo vivido. Entre lo fuerte de la vida, año y medio de cárcel en la legendaria Lecumberri de donde Queta Jiménez, «La Prieta Linda” ayudó a salir para que se encontrará con el éxito.
Alberto Aguilera Valadez nació en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950, menor de 10 hermanos. Bautizado como “Alberto” por recomendación de una comadre de su mamá, María de Jesús Valverde, quien escuchaba la radionovela cubana, “El Derecho de Nacer”, protagonizada por el personaje de nombre “Albertico Limonta”.
Su llegada al mundo de la música fue después de muchas experiencias de vida, un elevado precio que aunque le doliera, no dejó que cegara el lado bondadoso de su persona. En los últimos 45 años se convirtió en el autor que todos querían interpretar. En el productor deseado, el compadre amado, el amigo a presumir. Pero para él lo más importante fue ayudar, ayudar y ayudar. Así fundó albergues para niños de la calle que en ocasiones él mismo llevaba después de verlos deambular desnutridos y sin rumbo.
Quienes lo conocieron lo retratan como un “gran ser humano”. Figuras de la talla de Lucía Méndez, Verónica Castro, Aida Cuevas, Ricardo Montaner, Vicente y Alejandro Fernández, Los Tigres del Norte, Miguel Bosé, Fher de Maná, Angélica María (con quien inventó el bolero ranchero), expresaron su sentir en redes sociales. Todos coinciden en que se va el más grande de los últimos tiempos.
Durante el 2015 presentó los discos Los Dúo y Los Dúo 2, 10 de febrero y 11 de diciembre, respectivamente. Ambos álbumes son de estudio con los temas clásicos del cantautor, nuevos arreglos y acompañado de: Vicente Fernández, Marco Antonio Solís, Isabel Pantoja, Juanes, Laura Pausini, Alejandra Guzmán, Natalia Lafourcade, José María Napoleón, en la primera edición y en la segunda; Alejandro Fernández, Marc Anthony, Paty Cantú, Julión Álvarez, J Balvin, Andres Calamaro, Belinda, José Feliciano, Franco de Vita, Ana Gabriel, Wisin, Joan Sebastian, ambos producidos por Gustavo Farías.
Estaba por aparecer la tercera edición de Los Dúo y un ejemplar especial de nombre “Vestido de Etiqueta” con 34 temas clásicos de su discografía pero, ahora dirigido por el músico Eduardo Magallanes, quien lo acompañó en muchos de sus discos más exitosos de su historia. La suma aproximada, según su cuenta oficial de twitter, son más de100 millones de discos vendidos durante sus 45 años de carrera en vida.
Él respondía lo mismo por Alberto que por Juan Gabriel. Los más de 1800 temas registrados lo llevarán a la posteridad. Pero hay que dejar claro que no necesita descripción. A él se le siente desde su música y en lo profundo de sus letras en las que refugiaba sus emociones.
Ese es el Juan Gabriel, el Alberto Aguilera que debemos de recordar, reconocer, cantar y nunca, nunca, dejar de aplaudir.