CIUDAD DEL VATICANO,- El cardenal Pietro Parolin, secretario del Estado vaticano ha indicado que la instauración de «una nueva temporada en las relaciones» entre la Santa Sede y China puede tener un impacto positivo no sólo para los católicos del país asiático sino también para la paz del mundo.
«Hay muchas esperanzas para un nuevo ciclo» en las relaciones bilaterales Vaticano-Pekín «no sólo en beneficio de los católicos de la tierra de Confucio sino para todo el país, una de las grandes civilizaciones del planeta», indicó el cardenal Parolin durante un seminario de obispos en Pordenone (norte de Italia) centrado sobre la figura de Celso Costantini, el primer delegado vaticano en Pekín, durante los años ’20.
El punto clave es que «se ha abierto un camino, se han retomando contactos» y se está avanzando «para poder llegar realmente a un acuerdo satisfactorio para todos, creo que -precisó- con la buena voluntad de ambas partes». «Me animaría a decir que todo ésto beneficiará también a una ordenada, pacífica y fructífera convivencia de los pueblos y de las naciones en un mundo, como el nuestro, lacerado por tantas tensiones y conflictos», añadió el secretario de Estado vaticano.
Durante su intervención, el cardenal destacó que quería «subrayar este concepto: las auspiciadas nuevas y buenas relaciones con China -incluídas las relaciones diplomáticas, si Dios lo quiere!- están concebidas por el bien de los católicos chinos, el bien de todo el pueblo de China».
Y por otro lado «por la armonía de toda la sociedad, a favor de la paz mundial», afirmó el prelado.
El cardenal Parolin manifestó, por otra parte, su «auspicio de que este camino iniciado» entre ambas partes «pueda avanzar y cerrarse con un acuerdo que beneficie a la iglesia en China y a todo el pueblo chino».
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