En febrero de este año el Centro de Lucha contra el Terrorismo (Combating Terrorism Center) de la Academia Militar de Estados Unidos, publicó un estudio en el que revela que el Estado Islámico adiestra cada vez más a niños soldado, a medida que sufre perdidas en ataques aéreos y en las batallas sobre el terreno.
El caso más reciente, tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando un adolescente de entre 12 y 14 años detonó una bomba en una boda en la ciudad turca de Gaziantep, matando a 51 personas e hiriendo a otras 69.
El informe que lanzó UNICEF: Beyond Chibok, en enero, ya alarmaba del número de ataques suicidas perpetrados por menores. El año pasado, 44 niños fueron utilizados como suicidas en atentados contra la población en Nigeria, Camerún, Chad y Níger. O lo que es lo mismo, once veces más que el año anterior, cuando 4 niños fueron obligados a quitarse su vida y la de los de su alrededor.
Grupos como Boko Haram les utilizan para llevar bombas atadas a su cuerpo que son detonadas cuando el niño o la niña se acerca a un lugar público. En muchos casos, los niños ni si quiera saben que llevan explosivos encima.
En 1985, se tuvo noticia de la primera terrorista suicida adolescente. En este caso, se trató de una joven de 16 años que condujo un vehículo hasta un convoy de la Fuerza de Defensa de Israel, durante la ocupación del territorio del sur del Líbano a manos de ese país, que duró 18 años.
Por otro lado, hace un año, se tuvo noticia de que un adolescente británico de 17 años, que se unió al grupo terrorista Estado Islámico se convirtió en el terrorista del Reino Unido, más joven tras perpetrar un atentado en la localidad de Baiyi, ubicada en el norte de Irak.
En los titulares, la palabra adolescente acompaña a la de atentado, pero haciendo hincapié en la edad del autor. Por eso, aunque la masacre no se haya perpetrado pero sí planificado, la notica salta por los aires, como ocurrió hace cuatro meses en Australia.
Las fuerzas de seguridad de australianas detuvieron a un adolescente de 16 años por planificar un atentado terrorista durante el Día Anzac, en el que se conmemora la batalla de Galípoli durante la Primera Guerra Mundial.
Los documentos judiciales apuntaron a que el detenido estaba intentando conseguir una pistola para perpetrar un ataque durante la jornada, un caso por el que puede ser condenado a cadena perpetua.
A pesar del consenso global contra la utilización de niños en conflictos armados, hay actualmente 300.000 menores de 18 años enrolados como combatientes en el 75% de los conflictos del planeta. En el 80% de los casos, se trata de niños de menos de 15 años. En el 18%, los combatientes tienen menos de 12 años.
Pero ahora, los menores también son reclutados para cometer atentados terroristas. Los más pequeños no sólo son reclutas dóciles y baratos, sino que representan nuevas opciones para golpear al enemigo.
Según un estudio del Centro de Combate del Terrorismo (CTC) de West Point, una institución puntera en el estudio del yihadismo, el Estado Islámico emplea cada vez a más niños como terroristas. En los últimos 13 meses, este ente terrorista ha glorificado como mártires a 88 niños fallecidos en acciones armadas.
Un total de 39, es decir, la mayoría de esos niños, murieron en acciones suicidas en las que conducían coches o camiones cargados de explosivos que lanzaban contra las líneas enemigas. Otros 33 perdieron la vida en combate. Cuatro de esos niños se hicieron estallar en medio de multitudes de civiles, en una acción calcada a la del pasado sábado en Turquía.
Este lunes, diferentes medios kurdos han difundido videos estremecedores en los que se aprecia cómo varios agentes de seguridad le quitan el cinturón explosivo a un adolescente de entre 12 y 13 años que estaba a punto de detonarlo, después de lo cual se lo llevan mientras llora. El incidente se produjo este domingo en la ciudad iraquí de Kirkuk, donde unas horas antes otros dos atacantes suicidas se habían inmolado.
Hasta el momento, no se tiene informes de donde planeaba atacar el menor.
con información de la ONU
jcrh