LA HAYA, HOLANDA.- Ahmad Al Faqi Mahdi, el primer acusado en destruir bienes culturales ante la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, pidió perdón hoy por los daños ocasionados a los monumentos de Tombuctú, en Mali, declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
«Con gran pesar debo presentar mi culpabilidad. Todos los cargos que se me imputan son precisos y correctos», dijo
Al Mahdi aseguró sentir un «gran dolor» por los hechos y agregó: «Espero que la pena que se me impute sea suficiente para lograr el perdón» de quienes quedaron afectados.
En 2012, a punta de kalashnikov, ordenó la demolición de los supuestos «tótem de idolatría», como llamó la milicia islamista Ansar Dine a los monumentos de piedra, arena y madera. También borraron de la faz de la tierra manuscritos, mezquitas antiguas y mausoleos de grandes pensadores musulmanes construidos en la ciudad sahariana de Tombuctú.
Mahdi aconsejó a los hermanos musulmanes de todo el mundo no cometer actos de destrucción de monumentos históricos y religiosos. «No trae algún beneficio a la humanidad», afirmó. Este tipo de acciones de acuerdo con la CPI, se consideran como crímenes de guerra y pueden ser sancionados hasta con 30 años de cárcel.
Pero Al Mahdi, al declararse culpable puede recibir una condena de entre nueve y 11 años.
Para organizaciones como la Federación Internacional para los Derechos Humanos, el acusado y otros 14 milicianos cometieron 33 delitos, denunciados en la justicia de Mali, entre ellos la violación y reducción a la esclavitud sexual.
Tombuctú, floreciente cruce comercial en el desierto y centro cultural entre los siglos XIII y XVII, fue incluida entre los sitios de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1988.
Custodiaba en sus bibliotecas cerca de 700.000 manuscritos, originales o copiados de textos antiguos, de vital importancia cultural.
jcrh