CIUDAD DE MÉXICO,- Uno de los personajes históricos que impulsó una dimensión moral de la política en la Nueva España, fue Fray Bartolomé de las Casas, y radicalizó más su acción política e intelectual, cuestionó de principio la legitimidad de la presencia española en las Indias y exigió la restitución total de todo lo que se habían robado en varias décadas los españoles.
En la conferencia impartida por el doctor Rodrigo Martínez Baracs, “Las dos conversiones del padre Bartolomé de las Casas”, en la Academia Mexicana de la Historia, que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, se abordó el tema.
Es prácticamente al final de su vida, cuando gobernaba el rey Felipe II, que expuso el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Debido a la anterior situación, sus connacionales y varios americanos juzgaron con severidad a Fray Bartolomé, a quien inclusive llamaron loco, por enjuiciar a fondo la explotación española de las Indias, “lo que queda de fondo al considerar la vida y obra de este personaje histórico, es la conciencia de la profunda dimensión moral de la política y en realidad de todos los actos de nuestra vida”, dijo el también miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Como fraile, Bartolomé de las Casas logró acercarse al emperador Carlos V, y es ese momento en la historia cuando consigue su mayor éxito, al contribuir de manera directa a la promulgación de las Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por su magestad para la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los indios (sic) o las coloquialmente conocidas como Las Leyes Nuevas de 1542, comentó el científico social cuya línea de investigación es la Historia eclesiástica, símbolos e identidad.
Las Leyes Nuevas, también llamadas 40 leyes, contenían tres medidas álgidas presentadas por Bartolomé de las Casas para suprimir la esclavitud de los indígenas, las nuevas encomiendas y las guerras de conquista.
Finalmente se determinó: la creación de un Consejo de Indias, la fundación de dos nuevas Audiencias, la prohibición de la esclavitud de los indios, moderación en los repartimientos y prohibición de nuevas encomiendas. También se establecieron las condiciones del asentamiento de colonos en nuevas tierras, y los tributos y servicios que los indios debían pagar como súbditos del rey.
Luego de sus grandes luchas, Fray Bartolomé de las Casas muere en 1566, antes de ver a la población indígena americana en su nivel más bajo, no en una destrucción total, pero si cercana al 95 por ciento, además de que tampoco alcanzó a percibir la catástrofe epidemiológica del momento.
“Bartolomé de las Casas, se hizo sacerdote de joven: en 1506, a los 22 años tomó las ordenes menores y al año siguiente se ordenó en Roma como presbítero. Pero su condición sacerdotal no le impidió, al establecerse en las Indias, primero en la Isla Española (hoy Haití y Santo Domingo) y luego en la de Cuba, tener asignados muchos indios en encomienda, (esto es que los indígenas eran siervos, obligados a pagar tributo en productos, oro y trabajo forzado). Pues precisamente la primera conversión de Bartolomé de las Casas se dio en 1514, a los 30 años, cuando renunció a sus indios encomendados y se unió a los dominicos en defensa de los indios”, relató Martínez Baracs.
A partir de entonces, “Bartolomé de las Casas trabajó con las ideas de los dominicos pero él mismo no ejercía como tal, lo seguían llamando ‘El padre Casas’, y no sería hasta 1522 y 1523, cuando decepcionado por el dramático fracaso de su proyecto de conquista espiritual pacífica en la Tierra Firme (hoy Venezuela), ingresó a la orden dominica y comenzó a ser llamado Fray Bartolomé de las Casas, esta fue su segunda conversión. Estos años fueron decisivos en la formación de su personalidad y sus proyectos”, concluyó el doctor Rodrigo Martínez.
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