FINLANDIA,- Revelaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores finlandés y por la Secretaria de Estado de Economía de Suiza han revelado que vendieron a México simuladores de torres de telefonía celular para intervenir dispositivos móviles en México en 2014 el primero y entre 2012 y 2015 el segundo. En México se desconoce la forma en que las autoridades han utilizado esa tecnología y quiénes han recurrido a ella, pero sería bueno saber.
El documento finlandés, de 86 páginas de extensión, fechado el 14 de enero de 2015 que fue revelado por la Revista Proceso indica que la Unidad de Control de Exportación del Departamento de Relaciones Económicas Exteriores del citado ministerio autorizó el 11 de julio de 2014 a la empresa de tecnología Exfo Oy, filial de Exfo Inc., el envío al país de un equipo modelo NetHawk F10. Su categoría de control de exportación es 5D001a y su código de identificación, FI1400031.
El Reporte 20-F de Exfo Inc., que todas las compañías extranjeras que cotizan en el mercado bursátil de Estados Unidos deben presentar sobre sus operaciones ante la Comisión de Comercio y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), fechado el 25 de noviembre de 2013, explica que ese modelo, el NetHawk X6 y el NetHawk C2 son “herramientas de inteligencia para la policía, fuerzas armadas y otras organizaciones gubernamentales para combatir el crimen organizado y los terroristas”.
El documento finlandés –que aborda la gestión de las autorizaciones concedidas a la exportación de productos de doble uso (civil y militar)– no detalla si se analizó el impacto de su utilización sobre derechos humanos o si se sometió a investigación a la institución receptora del equipo.
En el portal mexicano de Obligaciones de Transparencia no aparece ningún contrato suscrito con Exfo, pero la operación pudo realizarse mediante un intermediario, como suele ocurrir con la venta de programas de espionaje. Se trata de una tecnología polémica, pues sus críticos la consideran invasiva y una amenaza para la privacidad de los usuarios de telefonía.
Conocida popularmente como “Stingray”, por un modelo fabricado por la estadounidense Harris Corporation, esos dispositivos pueden extraer información como los números de identidad del suscriptor móvil internacional (IMSI, por sus siglas en inglés), que es el número único de serie que el teléfono celular transmite de modo que el sistema detecta dónde está ubicado.
Por eso, también se les conoce como “IMSI catchers” (detectores de números IMSI).
Además, pueden acceder al número de serie electrónico del teléfono, metadatos para su almacenamiento interno, interceptar el contenido de comunicaciones, rastrear y localizar un usuario de telefonía celular, propiciar un ataque de denegación de servicio móvil y obtener una clave de encriptación de comunicaciones.
Los rastreadores pueden ser instalados en aviones, helicópteros y vehículos manuales no tripulados o drones.
La torre falsa hace que los aparatos celulares cercanos a ella se conecten. Hecho esto, esos programas pueden recolectar información de identificación y localización de los teléfonos y, en algunos casos, intervenir las conversaciones, los mensajes de texto y la navegación por Internet.
Otras versiones de esta tecnología son conocidas como “TriggerFish”, “IMSI-catcher”, “KingFish”, “Hailstorm”, analizadores digitales y simuladores de torres celulares.
“Los riesgos relacionados con los ‘IMSI-catchers’ son similares a los de cualquier intervención telefónica. No debe hacerse sin una resolución de los tribunales”, alertó Tapani Tarvainen, vicepresidente de Frontera Electrónica Finlandia, en entrevista electrónica con Apro.
El arreglo de Wassenaar sobre Controles a la Exportación para Armas Convencionales y Bienes y Tecnologías de Uso Dual, al cual están adscritos 41 países –entre ellos, Finlandia y México–, obliga a los fabricantes de esa tecnología a obtener una autorización de exportación de sus gobiernos con el propósito de garantizar que su utilización tendrá fines legítimos y no devendrá en actos de represión contra la población o en violaciones a derechos humanos.
Los “IMSI-catchers” están incluidos en la parte 1 sobre telecomunicaciones de la categoría 5 de la Lista de Bienes y Tecnologías de Uso Dual o Lista Básica del arreglo, vigente desde 1996 y que consta de nueve categorías para la Lista Básica y 22 para la Lista de Municiones.
Esos requerimientos adquieren relevancia en casos como el de México, que vive una crisis de derechos humanos por las elevadas cifras de ejecuciones, desapariciones y casos de tortura y por la cual la utilización de esos equipos entraña la agudización de esos flagelos.
Exfo, cuya oficina central se sitúa en la ciudad finlandesa de Oulu y tiene una división en Québec (Canadá), consiguió 16 licencias de exportación hacia México, de un total de 673 avaladas en 2014.
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