PARÍS.- Con un llamado a la unión de las religiones frente al terrorismo, se ofició una misa en la catedral de Ruán, al norte de Francia, a la que asistieron unas dos mil personas con motivo del funeral del sacerdote degollado hace una semana por dos yihadistas.
La ceremonia tuvo lugar en la catedral de Ruán, norte y fue oficiada por el arzobispo Dominique Lebrun. Además de católicos a la misa asistieron miembros de las comunidades musulmana y judía de Francia. Las comunidades religiosas están “más decididas que nunca a unirse” comentó durante su homilía el arzobispo Lebrun. “Aprendamos a vivir juntos, seamos obreros, artesanos de la paz, cada uno a nuestra manera. El mundo necesita mucha esperanza”, comentó de su lado durante una lectura la hermana del difunto, Roselyne Hamel.
El gobierno estuvo representado por el ministro francés del Interior (Gobernación) Bernard Cazeneuve y por el presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius. La ceremonia se celebró en medio de fuertes medidas de seguridad y las autoridades instalaron pantallas gigantes fuera de la catedral para poder seguir la misa. El sacerdote asesinado, Jacques Hamel, de 86 años, será enterrado esta tarde en la más estricta intimidad a petición de su familia. El religioso fue asesinado durante una toma de rehenes el martes pasado por dos jóvenes de 19 años que actuaron en nombre del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y que fueron abatidos luego de cometer el ataque, perpetrado en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray. El atentado provocó una conmoción social en Francia al ser el primero perpetrado contra un miembro de la iglesia católica.
Notimex/JRGA