LA HABANA, CUBA.- Raúl Castro. cumple 10 años al frente del gobierno en Cuba. Y contrario a lo que pudiera pensarse, el mandatario socialista, terminó siendo el insospechado adalid de la apertura económica en Cuba y del acercamiento con Estados Unidos.
El 31 de julio de 2006, Raúl Castro asumió el poder, primero de forma provisional por la enfermedad de su hermano Fidel y dos años terminó siendo designado presidente por el Parlamento de Cuba.
En 2018, dejará la presidencia. Un relevo que solo es posible gracias a que también impuso un límite de dos mandatos consecutivos.
Sin apartarse del socialismo, el menor de los Castro ha flexibilizado el modelo de corte soviético que colapsó tras la caída del bloque comunista a inicios de los noventa y que forzó a emigrar a decenas de miles de isleños.
Hoy, los cubanos pueden viajar con menos trabas, elegir entre muchos restaurantes privados, conectarse -pagando- a internet inalámbrico en puntos públicos, vender y comprar casas o automóviles y ver flamear la bandera estadounidense en la sede diplomática del que fue durante medio siglo el enemigo de la Guerra Fría, después del restablecimiento de las relaciones en 2015.
Tal vez precisamente este, sea su gran legado. Sin embargo, hay quienes cuestionan a Raúl Castro por las mismas razones que en su momento le hicieron a su hermano Fidel: el burocratismo y el sistema de partido único que castiga a la disidencia.
Sin embargo, analistas como Arturo López-Levy, de origen cubano y de la Universidad de Texas, cree que Castro ha contribuido a que una parte de los isleños, especialmente en La Habana, mejore su «estándar de vida».
«Los más conservadores querían una reforma gradual, controlada y limitada a la economía, pero Raúl Castro ha procurado además algunos cambios políticos».
La reforma migratoria que permite viajar a los cubanos, la «expansión de libertades religiosas» y la descentralización del aparato de Gobierno son, a juicio de este experto, parte de esas reformas.
jcrh