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(video) Los dopajes más recordados

(video) Los dopajes más recordados

RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Los Juegos Olímpicos de Río 2016, serán recordados por la gran cantidad de atletas (rusos) que fueron dados de baja, por dopaje. Sin embargo, esta no es la primera vez que las drogas se entrometen en el mayor evento deportivo del planeta.

Aquí un rápido listado de algunos de los casos más recordados…



Thomas Hicks, San Luis 1904

El maratonista estadounidense corrió por 3 horas, 28 minutos y 59 segundos y al cruzar la meta se desplomó. Al despertar, los médicos advirtieron que el atleta se había desvanecido no sólo producto del cansancio, sino también de un cóctel de drogas y alcohol que había ingerido antes de iniciar la prueba.

Hicks había consumido sulfato de estricnina, una sustancia tóxica que produce rigidez muscular, y un poco de coñac antes de empezar la travesía. Sin embargo, en aquel entonces no había ninguna reglamentación que impidiera el uso de drogas, por lo que finalmente ganó el maratón.

Lo insólito fue que el primero en cruzar la meta había sido su compatriota Frederick Lorz, quien tras varias acusaciones reconoció que había recorrido parte del trayecto en carro y fue descalificado.



Hans-Gunna Liljenwall, México 1968

El atleta sueco quedó en la historia por haber sido el primero en ser eliminado por dar positivo en una prueba antidoping.

En la modalidad pentatlón moderno, Liljenwall se subió al podio y se colgó la medalla de bronce. Luego, reconoció que había bebido «algunas cervezas» antes de la competencia. A pesar de que esta bebida alcohólica no provoca que un deportista tenga mejor rendimiento, el Comité Olímpico Internacional actuó.

El sueco se vio obligado a devolver la presea, luego de que el análisis develara que había corrido con 0,81 g/l de alcohol en sangre. Más tarde, participó en los Juegos de Tokio 64 y Múnich 72, pero sus actuaciones no estuvieron a la altura.

Rick DeMont, Munich 1972

El nadador estadounidense fue el primero en dar positivo en doping por efedrina en la historia de los Juegos. Con apenas 17 años, el californiano ganó la medalla de oro en los 400 metros estilo libre, pero horas después el COI reveló que había sido consecuencia de la droga.

Según explicó el deportista, la sustancia era parte de la medicina que tomaba para el asma, pero los organizadores lo obligaron a devolver la presea y le prohibieron continuar participando en la cita olímpica. Al día de hoy, el Comité Olímpico Estadounidense continúa reclamando al COI que revea su decisión.

Ben Johnson, Seúl 1988

El corredor canadiense levantaba el brazo derecho en señal de victoria antes de cruzar la meta de la final de los 100 metros, al haber sacado una importante distancia a sus competidores y establecer un nuevo récord 9,79 segundos.

Dos días después de que el atleta se colgara la medalla de oro, el Comité Olímpico Internacional (COI) anunciaba que había dado positivo en estanozolol, un esteroide que le permitió ganar la carrera.

Johnson perdió la presea, el récord, el título que había conseguido un año antes en el Mundial de Roma y fue castigado con 2 años fuera de las pistas. Además, su imagen quedó marcada para siempre en la historia negra del deporte.

Marion Jones, Sydney 2000

Siete años después de haber ganado las pruebas de 100 m, 200 m y 4×400 m y haber sido considerada la mujer más rápida del planeta, la estadounidense confesó haber consumido sustancias prohibidas entre septiembre de 2000 y julio de 2001.

Aquella revelación, consecuencia de una fuerte investigación conocida popularmente como el escándalo BALCO (nombre de los laboratorios que fabricaban THG), derivó en que Jones tuviese que pasar 6 meses en prisión.

Además, la estadounidense tuvo que devolver todos los títulos que había conseguido a partir del año 2000 y a los 31 años se retiró de la actividad.

jcrh



Internacional papa francisco Papa León XIV vaticano

Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

AFP

Por: AFP

hace 2 meses

Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

Robert Francis Prevost llegó a Perú por primera vez como joven misionero agustino y años después partió desde el país andino como obispo rumbo al Vaticano, donde este jueves se convirtió en el primer papa estadounidense, con el nombre de León XIV.

Prevost, de 69 años y que también tiene nacionalidad peruana, llega al trono de San Pedro con una reputación de moderado, crucial en un momento en que la Iglesia aparece muy dividida.

Desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano, el nuevo papa instó a «construir puentes» a través del «diálogo», avanzando «sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros».

«Dios nos ama, Dios os ama a todos, y el mal no prevalecerá», afirmó en su primer discurso, en el que trató de unir y tranquilizar ante un mundo asolado por las guerras.

«Mucho por hacer»

Prevost ha pasado un tercio de su vida en Estados Unidos. El resto entre Europa y América Latina, una de las periferias del mundo de donde también era el argentino Jorge Mario Bergoglio.

El diario italiano La Repubblica lo llamó «el menos estadounidense de los estadounidenses» por la moderación de sus palabras.

La idea de un papa norteamericano estuvo por siglos descartada en Roma, ya fuera por la distancia –estaban tan lejos que normalmente llegaban tarde a los cónclaves– o por decisiones geopolíticas.

Según el sitio especializado Crux, tener un pontífice de la primera potencia mundial hacía temer además que la CIA pudiera meter sus manos en la Iglesia.

Arzobispo emérito de Chiclayo, a unos 750 km al norte de Lima, Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015.

Dejó Perú para sumarse al gobierno vaticano, donde dirigió el importante dicasterio para los Obispos, que tiene la destacada función de aconsejar al papa sobre los nombramientos de los jerarcas de la Iglesia.

Tras la muerte de Francisco, Prevost dijo que aún quedaba «mucho por hacer» en la transformación de la Iglesia.

«No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace 10 o 20 años», dijo el mes pasado a Vatican News.

«El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente», añadió.

Misionero en Perú

Fue uno de los cardenales más cercanos a Francisco, cuyo pontificado generó resistencias dentro de los sectores más conservadores.

Pero al mismo tiempo, su sólida formación en Derecho Canónico tranquiliza en estos círculos que buscan un enfoque más centrado en la Teología.

Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago y asistió a un seminario menor de la Orden de San Agustín en San Luis como novicio antes de graduarse en Matemáticas en Filadelfia.

Políglota, estudió Derecho Canónico en Roma, donde también obtuvo un doctorado.

Se unió a los agustinos en Perú en 1985 para la primera de sus misiones en el país andino.

Al regresar a Chicago en 1999, fue nombrado prior provincial de los agustinos en esa región estadounidense y posteriormente prior general de la orden en todo el mundo.

Regresó a Perú en 2014 cuando Francisco lo designó administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.

Casi una década después, entró en la curia en sustitución del cardenal canadiense Marc Ouellet, que fue acusado de agredir sexualmente a una mujer y renunció por motivos de edad. Entonces, el difunto pontífice lo nombró también presidente de la comisión pontificia para América Latina.

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