MADRID, ESPAÑA.- El Rey tomó la decisión y designó a Mariano Rajoy como candidato a la presidencia del Gobierno que, en esta ocasión, sí aceptó la propuesta e intentará formar el próximo Ejecutivo. Felipe VI optó, tras reunirse con los distintos líderes políticos, por que el líder de la fuerza más votada sea el que solicite la confianza de la Cámara Baja, pese a que los distintos dirigentes pusieron negro sobre blanco que, al menos de momento, el jefe de Génova no reúne los apoyos necesarios.
Por eso, Rajoy anunció que «redoblará los esfuerzos» en las negociaciones y abrirá una ronda de contactos «en un plazo razonable de tiempo y preferentemente con las fuerzas constitucionalistas», en esa búsqueda de apoyos. Sin embargo, el presidente en funciones no confirmó su compromiso de acudir a la investidura sin la certeza de haber reunido los suficientes respaldos parlamentarios. «Por mi parte no va a faltar ni empeño ni esfuerzo», afirmó.
En caso de que un amplio acuerdo con otros partidos no sea posible, Rajoy dijo estar «dispuesto» a explorar un Gobierno en minoría solo con los apoyos del PP, siempre que haya una «lealtad» por parte de sus rivales para no bloquear asuntos fundamentales como los objetivos de estabilidad presupuestaria.
Las conversaciones con el resto de líderes serán públicas o privadas «dependiendo de lo que quieran» los otros actores, y transcurrido un tiempo «razonable» en palabras de Rajoy, dará cuenta de los apoyos conseguidos y las gestiones realizadas. «Adelantar acontecimientos no es conveniente nunca», insistió.
Felipe VI convocó a la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, antes de las seis y media de la tarde para comunicarle su decisión tras finalizar la ronda de consultas con Rajoy. Pastor es, en última instancia, la figura que refrenda las conversaciones de los líderes políticos con el Rey así como la designación del candidato a la investidura.
Pese a la decisión de Rajoy, las conversaciones mantenidas en el Palacio de la Zarzuela entre el monarca y los líderes con representación parlamentaria arrojaron serias dudas sobre la capacidad que tendrá el candidato popular para lograr los apoyos suficientes. Albert Rivera trasladó al Rey su deseo de formar parte de un pacto de Gobierno «fuerte, constitucionalista y de consenso» del que formarían parte las tres principales fuerzas -PP, PSOE y C’s- pero que, eso sí, deberá estar encabezado por otra persona que no sea el actual presidente en funciones. Pedro Sánchez, por su parte, reiteró su negativa rotunda a Rajoy no descartó liderar una alternativa si el jefe de Génova fracasa.
El resto de representantes políticos que se reunieron con el Rey en los pasados día reconocieron, a día de hoy, ver más posibilidades de que unas terceras elecciones tengan lugar en España antes de navidades. Fuentes de los distintos grupos -PNV, Convergència, ERC, Compromís y En Comú- indicaban que no descartan en absoluto este escenario, y todo pese a que Felipe VI trasladó la necesidad de evitar a toda costa ese escenario, tan costoso a todos los niveles para la sociedad.
r3