DAMASCO,- El Estado Islámico considera que la violencia es la fórmula, al adjudicarse la autoria del ataque en la ciudad siria de Qamishli, de mayoría kurda y próxima a la frontera con Turquía, donde al menos 50 personas perdieron la vida y otras 170 resultaron heridas por dos explosiones.
La televisión estatal siria dijo que un camión cargado de explosivos explotó en los limites de la occidental ciudad de Qamishli, cerca de la frontera con Turquía, minutos después, una motocicleta llena de explosivos estalló en la misma zona.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Reino Unido dijo que la explosión tuvo como objetivo un centro de la policía local y un edificio gubernamental cercano. Fuerzas kurdas controlan la mayor parte de la ciudad, aunque el aeropuerto está en manos de tropas del gobierno.
Las Fuerzas Democráticas de Siria, un contingente de mayoría kurda y con apoyo de Estados Unidos, han sido la fuerza más importante en la lucha contra el grupo extremista en el norte de Siria y arrebatado mucho territorio a la milicia radical en los últimos dos años.
Las explosiones de este miércoles se producen mientras tropas kurdas con respaldo estadunidense avanzan sobre territorio del grupo EI, en la localidad de Manbij y en regiones norteñas más al este, destacó la cadena Al Yazira.
A medida que la guerra se prolonga hacia su sexto año, hay un empuje internacional renovado para reiniciar las conversaciones políticas sobre Siria el próximo mes.
Este martes en Ginebra, Suiza, durante una reunión a puertas cerradas con funcionarios estadunidenses y rusos, Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU a Siria, dijo que Washington y Moscú habían discutiendo formas de avanzar hacia la reintroducción de un alto al fuego.
De Mistura dijo que una tercera ronda de conversaciones de paz intra-sirios se fija para agosto.
El Observatorio Sirio estima que más de 280 mil personas han muerto en los cinco años de derramamiento de sangre. Los intentos de negociar un alto el fuego duradero han colapsado varias veces.
Se estima que más de 4.8 millones de sirios se han convertido en refugiados desplazados de su tierra natal, mientras que más de 6.5 millones de personas se encuentran desplazadas internamente dentro de las fronteras del país.
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