La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó el artefacto para los pacientes con obstrucción de las coronarias, un mal que causa 370.000 muertes al año en Estados Unidos, según el gobierno.
Dicho stent es un implante médico de disolución lenta en el organismo podría ser la respuesta a los problemas de seguridad con artefactos utilizados para tratar las arterias obstruidas. El stent sirve para expandir arterias obstruidas y evitar que se se bloqueen por depósito de placas compuestas por grasa y colesterol en pacientes que han sufrido un infarto o que padecen dolor en el pecho.
El atractivo de Absorb es que permite que el vaso sanguíneo vuelva a un estado natural en un periodo de 3 años y este libre de un implante metálico permanente.
El enfoque es especialmente prometedor para los pacientes cuya enfermedad arterial coronaria podría requerir múltiples implantes a lo largo de varias décadas, dijo Mitchell Krucoff, profesor de la Universidad de Duke que ha asesorado a Abbott en Absorb.
Absorb libera el fármaco everolimus para combatir el crecimiento de tejido cicatricial que se puede formar dentro de un stent y hace que la arteria se estreche de nuevo, informó la Food and Drug Administration (FDA) de EEUU., que aprobó el dispositivo.
El nuevo stent Absorb, de Laboratorios Abbott, viene con una advertencia importante: no se ha demostrado que sea más seguro que los más antiguos implantes metálicos.
El nuevo stent está hecho con un material plástico diseñado para disolverse a lo largo de tres años. Los dispostivos actuales son tubos de malla de alambre que abren las arterias después de una operación para retirar el tejido graso, el problema es el tejido cicatrizal que puede volver a obstruir las arterias.
La reabsorción del stent permite a la arteria recuperar la función vasomotora, y en el caso de las bifurcaciones podría adquirir mayor relevancia, ya que la alteración de la dinámica de fluidos que inducen los stents a nivel de la carina de la bifurcación se han asociado a una mayor tasa de eventos adversos. Además, se podrían evitar las temidas trombosis muy tardías.
Aunque habrá que ver los resultados a los 3 años, ya parece que los datos disponibles sobre estos novedosos dispositivos empiezan a justificar su uso (algo que ya está ocurriendo, en el mundo real). Ahora queda la dura tarea de identificar el perfil de paciente más adecuado para recibir este tipo de stent, de cara a conseguir el máximo beneficio derivado de las características diferenciales de los stents absorbibles (que en 2-3 años desaparecen por completo, aún a delimitar con exactitud).
jcrh