TOKIO, JAPÓN,- Yoshihide Suga secretario del gabinete declinó hacer comentarios sobre la adbicación del emperador Akihito, excepto para comentar que el gobierno está consciente de la noticia así como tampoco que tenga planes para realizar revisiones legales respecto a la intención del monarca.
Suga señaló que el gobierno no tenía ningún conocimiento previo de la noticia, y no hay planes para confirmar los informes con la Casa Imperial, que rechazó que Akihito tenga planes de renunciar.
Suga comentó que el gobierno no tiene planes para revisar la ley para allanar el camino para la abdicación del emperador de 82 años, debido a que no existe en Japón ningún mecanismo jurídico para tal movimiento.
Cualquier abdicación -la primera vez en 200 años- sería un gran golpe para un país donde la familia real simboliza la estabilidad y la continuidad.
La Agencia de la Casa Imperial, el organismo gubernamental que administra los asuntos reales, ofreció una negación categórica. «No es cierto», señaló una fuente de la misma.
De acuerdo con la prensa, Akihito tendría la intención de abdicar en favor de su hijo Naruhito, que le sucederá al frente del milenario Trono de Crisantemo, pero el emperador dejaría su cargo «en los próximos años», pero sin precisar una fecha concreta.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, se negó a comentar la noticia, que fue difundida ayer por el canal de noticias NHK, haciendo alusión a la sensibilidad del asunto, al igual que Yoshihide Suga, el principal portavoz del gobierno.
El papel de Akihito se limita estrictamente a ser un «símbolo del estado» bajo una constitución impuesta por Estados Unidos a raíz de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El padre de Akihito, Hirohito, en cuyo nombre fueron realizadas las grandes campañas militares de Japón en la primera mitad del siglo 20, fue tratado como un dios viviente hasta la derrota en 1945.
Akihito muy admirado por el pueblo ha sufrido de numerosos problemas de salud, incluyendo el cáncer de próstata y problemas cardíacos.
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