ROMA, ITALIA,- Roma se ve invadida por ratones. En algunos barrios se vive una auténtica emergencia. Es el caso de Tor Bella Monica, donde el juego de los niños se ha convertido en contar los ratones que corren entre las basuras. El récord está en 25 ratones durante 5 minutos. Lo testimonian unas imágenes que se han convertido en virales en las redes sociales. Los niños gritan a los ratones, les lanzan alguna piedra y se ríen, en parte asqueados, en parte excitados por la escena. Mientras, el improvisado «reportero» que filma las imágenes afirma:
«Este es un video clamoroso. Lo mandamos al AMA –sociedad municipal de recogida de basuras-. Por supuesto, también los más pequeños son conscientes del deterioro del lugar en que habitan.
La nueva alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, ha querido que su primer acto fuera acudir a ese barrio para comprobar sus condiciones de higiene y sanidad. «Desgraciadamente los niños se ven obligados a vivir y jugar en estas condiciones, y no solamente los niños. Aquí hay muchísimas personas que viven en una situación degradada«.
No sorprende demasiado este desastre higiénico, pues desde hace tiempo los romanos, que pagan las tasas municipales más altas de Italia, critican al ayuntamiento por los malos servicios: suciedad, pésimos transportes, basuras por todas partes y burocracia insoportable.
Desde luego, el problema de ratones no es exclusivo de Roma. Es casi perenne en otras ciudades italianas, y se da igualmente en otras capitales extranjeras. Pero seguramente Roma tiene el récord del descuido y de cierta indiferencia por atajar el problema.
Algunos informes señalan que hay tres ratones por cada habitante de Roma. De hecho se les ve por todas partes. Hicieron acto de presencia durante los trabajos de la reciente restauración de la Fontana de Trevi. Y acuden cada noche a Piazza Navona, donde los restaurantes allí situados colocan, junto a los bancos de piedra de la céntrica plaza, grandes bolsas con la basura acumulada durante el día, a la espera de que pasen luego los camiones de recogida del AMA.
Un espectáculo indecente en una plaza visitada diariamente por miles de turistas, considerada un museo a cielo abierto, que preside la barroca Fuente de los Cuatro Ríos (1651) de Bernini.
afp/ r3