MÉXICO.- El documental mexicano vive un momento formidable. Por una parte, la cantidad de documentales producidos supera el de otras épocas. Por otro, la mayoría de ellos atienden problemáticas sociales que afectan a nuestro país, como la violencia o el narcotráfico. Aunque no todos los trabajos presentados aquí experimentan formal y estéticamente, todos presentan investigaciones de trascendencia social, algunos de ellos alcanzando méritos periodísticos. Seleccionamos los 10 más destacados de los últimos 10 años.
En el hoyo (Juan Carlos Rulfo, 2006)
A través de la historia de varios obreros de la Ciudad de México durante la construcción del segundo piso del periférico, Juan Carlos Rulfo retrata cotidianidades poco conocidas para muchos de nosotros. El proceso se enfocó en coexistir con los personajes, convivir y acercarse a su naturaleza. Entre momentos de humor, albures y conversaciones íntimas, En el hoyo es uno de los documentales más honestos que se han visto sobre los personajes de esta ciudad. Por otro lado, la mezcla de los ruidos de las actividades de los obreros desemboca en una sonorización impactante. Esta cinta ganó, entre otros reconocimientos, el premio a Mejor Documental en el Festival de Cine Sundance y el Ariel a Mejor Largometraje Documental.
Trazando Aleida (Christiane Burkhard, 2007)
Los padres de Aleida Gallangos desaparecieron en 1975 y ella fue separada de su hermano durante casi tres décadas. Esta cinta sigue la búsqueda de la protagonista por reconstruir su historia familiar y descubrir su verdadera identidad, la cual ha desconocido durante gran parte de su vida. Una historia que funciona como símbolo del gran número de casos de desaparición de la época y de los daños que permanecen tras las injusticias, Trazando Aleida es un intento por construir una biografía a partir de fragmentos y, a la vez, un recordatorio ineludible de la necesidad de indagar en la memoria histórica.
Los herederos (Eugenio Polgovsky, 2008)
En Los herederos, Polgovsky retrata un aspecto terrible de la sociedad mexicana: la explotación laboral infantil. Apoyado por el Unicef, este documental es una fuerte denuncia de una condición muy común en los medios rurales del país. A través de su convivencia con familias de San Luis Potosí, el director exhibe una realidad abrumadora: estos niños, que deberían estar estudiando y jugando, se ven forzados a apoyar a sus familias trabajando y a vivir un choque de adultez antes de tiempo.
Agnus Dei (Alejandra Sánchez, 2010)
Esta cinta aborda un tema controvertido, incómodo y relevante: el abuso sexual por parte de miembros de la iglesia. Jesús Romero Colín, quien siendo niño sufrió abuso por parte del sacerdote Carlos López, exhibe su caso en un acercamiento doloroso que funciona para denunciar muchos otros. Siguiendo de cerca la historia de este hombre y señalando las consecuencias del silencio y la negación, Alejandra Sánchez logra mostrar el proceso de sanación de las víctimas, el miedo y la necesidad de alzar la voz.
Los otros californios (César Talamantes, 2010)
La opera prima de César Talamantes es un retrato de los rancheros de la región desértica de Baja California Sur. Acompañándolos en sus labores cotidianas y dialogando con ellos para ahondar en sus pensamientos, este documental es un acercamiento valioso a estos personajes. Concentrados en ranchos que son como comunidades apartadas entre sí, estas personas viven condiciones poco conocidas: vemos mujeres de edad avanzada que deben desplazarse por largos trayectos para llevar agua a su casa, personas que intentan reparar la carretera que conecta los ranchos, agricultores o ganaderos solitarios que viven completamente devotos a sus labores. El director, al ser originario de Baja California, logró mostrar esta realidad geográficamente próxima a él y, sin embargo, abismalmente distinta.
El lugar más pequeño (Tatiana Huezo, 2011)
En esta cinta, Tatiana Huezo se dedica a mostrar la vida de una comunidad después de los daños de la guerra civil en El Salvador. Narrando la historia de cinco familias que caminaron por días hasta llegar a su pueblo devastado, El lugar más pequeño aborda la supervivencia y la resistencia del ser humano. Esta comunidad herida lucha por no olvidar a sus muertos mientras reestructura sus vidas sobre las heridas que dejó la guerra. Con habilidades narrativas y una sensibilidad impresionantes, esta opera prima nos presentó a una gran documentalista a la que hay que seguirle la pista.
El alcalde (Emiliano Altuna, Carlos F. Rossini y Diego Osorno, 2012)
El alcalde explora la polémica figura de Mauricio Fernández, exalcalde de San Pedro Garza García, Nuevo León. Durante su gestión, este municipio se jactó de ser el más rico y seguro del país, llamando la atención hacia la extravagante figura de este personaje. Retratándolo tanto en su vida privada como en su vida pública, esta cinta describe con un relieve fascinante a este personaje tan controvertido mientras expone sus opiniones sobre temas como la guerra contra el narcotráfico y la justicia.
Narco cultura (Shaul Schwarz, 2013)
Esta cinta se sumerge en la influencia de los cárteles en la cultura popular. Se trata de un retrato de lo que sucede alrededor de los protagonistas comúnmente abordados: la gente común, las personas que viven en entornos impregnados del narcotráfico. El relato es siniestro: las figuras idealizadas de los narcotraficantes y la violencia se manifiestan a través de productos culturales como los narcocorridos que, a final de cuentas, forman parte de la identidad de las personas retratadas.
Tierra de cárteles (Cartel Land, Matthew Heineman, 2015)
Esta coproducción entre México y Estados Unidos presenta dos retratos: el de José Manuel Mireles, autodefensa de Michoacán, y el de Tim Foley, líder del Arizona Border Recon. Lo que comenzó como un documental enfocado en el grupo de Arizona, se convirtió en un relato paralelo cuando el director descubrió la importancia de los grupos mexicanos que también buscan su propia justicia mientras se oponen a las mismas fuerzas. Intentando despojarse de las opiniones generalizadas, el director convivió con sus dos personajes hasta lograr un relato visceral, una cinta que, sin pretender tomar partido, exhibe la complejidad de la situación desde ambos lados de la frontera. Fue nominada al Óscar al mejor documental.
Plaza de la Soledad (Maya Goded, 2015)
Maya Goded se ha dedicado durante varios años a tomar fotografías de las prostitutas de La Merced. A partir de una necesidad por experimentar con otras formas de narrar, la realizadora decidió retratar cinematográficamente a estas mujeres. Al tratarse de personajes con los que ha convivido durante un largo tiempo, los retratos que Maya Goded logra son multifacéticos y profundos: mujeres determinadas, fuertes y llenas de vitalidad que, sin embargo, también viven con las cicatrices que su profesión conlleva.
con información de revistaiconica.com
jcrh