RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Durante el 2015, un total de 645 civiles perdieron la vida, como resultado de operativos llevados a cabo por la policía de Río de Janeiro, según un estudio llevado a cabo por la organización Human Rights Watch (HRW).
El informe titulado «El buen policía tiene miedo: Los costos de la violencia policial en Río de Janeiro» revela que «el número de muertos por acciones policiales es mucho mayor que el número de bajas en la policía, haciendo que sea difícil creer que todas estas muertes hayan ocurrido en situaciones en que la policía estaba siendo atacada».
Por medio de este texto, se refuerza la sensación de inseguridad que vive la mayoría de la población en Río, a unas semanas de que arranquen los Juegos Olímpicos, los primeros a llevarse a cabo en Sudamérica.
A modo de comparación, la ONG cita la relación entre civiles muertos en acciones policiales y agentes muertos en servicio en Sudáfrica, que es de 11 a uno, y en Estados Unidos, que es de nueve a uno. En Río, esta cifra es de 25 a uno.
La complicidad entre policías y delincuentes, la cultura policial brasileña que estimula la violencia, el estrés y el entrenamiento insuficiente de los agentes son algunas de las causas apuntadas como responsables por la situación.
La impunidad es otro elemento que propicia el aumento de asesinatos y ejecuciones de civiles por parte de la policía. Para medir ese aspecto, fueron analizados 64 casos de uso de violencia policial letal considerados ilegales por la ONG. De esos 64 casos analizados, solo ocho fueron a juicio y cuatro resultaron en la condena de los agentes involucrados. En 52 casos, no había registro de que hubiera habido peritaje en la escena del delito.
Para encubrir los delitos y garantizar la impunidad la policía se vale de recursos tales como intimidar testigos, falsificar pruebas, retirar de la escena del crimen ropas de las víctimas y simular falsas acciones de auxilio.
jcrh