CIUDAD DE MÉXICO,- No hace falta un grado académico cuando se advierte que la economía afecta tanto al bolsillo como en la compra de lo más indispensable: aguacate, jitomate, frutas, verduras en términos generales y esto no lo originan los plantones de los docentes sino un pésimo sistema administrativo ejercito por el actual régimen.
¿Se acuerdan del comercial «¡no se puso el cinturón!»?, que hacía alusión de olvidar la seguridad al subir al auto, ahora será para evitar que los pantalones vayan de común con la econoomía.
Y como si se trata del ave maría o el padre nuestro, hay que repetir como pericos, la caída de los precios del petróleo y lo de moda: el Brexit coadyuvará a un freno para el segundo semestre que ya vivimos, menor dinamismo en la manufactura, impacto del alza en las tasas de interés elementos distorsionantes para que el famoso PIB vaya en declive del 2.7 por ciento en la primera mitad del año se ubique en 2.3 para el segundo semestre.
Como consecuencia también afectará al sector exportador, por ende se espera una desaceleración de la manufactura, tal vez más severo de la prevista. Y repetimos, la afectación va muy de la mano con el gasto de los hogares.
También el panorama para las inversiones es desalentador, ya que la importación de bienes de capital se mantiene en contracción y las perspectivas de los empresarios son negativas. La volatilidad financiera será el ojo del huracán y puede influir que la inversión en capital fijo también advierta de un descenso al carecer de motivación.
Entre los componentes del Índice de Confianza Empresarial (ICE), la situación económica presente y futura del país tuvieron la mayor evaluación negativa entre los tres sectores encuestados: manufacturero, constructor y comercial.
Los empresarios del sector comercio fueron los más desconfiados al apuntar una reducción de tres por ciento en junio a tasa anual. La más significativa en un lapso de cinco meses. En tanto el optimismo de los empresarios de la construcción logró acumular año y medio en terreno negativo, y la confianza de los industriales manufactureros se redujo por segundo mes consecutivo.
El aumento en la tasa de objetivo del Banco de México de 50 puntos base el jueves pasado inhibiría el crédito al consumo y provocaría que uno de las bases del crecimiento de la economía en los últimos meses, la fortaleza del consumo interno, se vea impactado y con él se dé una ralentización en el dinamismo económico, coincidieron especialistas.
Y el consenso general es que la economía se debilitará por esta modificación en la política monetaria
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