ESTADOS UNIDOS.- Este 4 de julio, la sonda espacial de la NASA, Juno, se encontrará con el planeta Júpiter, poniendo fin así a un recorrido de cinco años y casi 3.000 millones de kilómetros.
Juno (Jupiter Near Polar Orbiter) es el primer vehículo espacial a energía solar, el primero en estudiar los polos de Júpiter y en analizar el núcleo interno del planeta gigante.
Fuentes de la NASA dijeron que el objetivo es reconstruir el origen de este planeta gigante, que con su presencia ha condicionado la estructura del Sistema Solar.
Lanzada el 5 de agosto de 2011, Juno se enfrenta a 20 meses de trabajo, en los cuales sus nueve instrumentos funcionarán sin descanso. Entre ellos, el espectómetro italiano Jiram (Jovian InfraRed Auroral Mapper), que además de capturar las imágenes de las auroras polares, estudiará los estratos superiores de la atmósfera en busca de Metano, vapor líquido, amoníaco y fosfina.
Al igual que en nuestro planeta, las auroras se producen por el encuentro de partículas arrojadas por el viento solar con el campo magnético. Cuando la sonda de la agencia espacial estadounidense esté orbitando Júpiter, el Telescopio Espacial Hubble continuará observando y midiendo las auroras, mientras que Juno desmenuzará las características del viento solar.
Las de Júpiter son las auroras más activas jamás vistas y parece casi que el planeta prepara una fiesta con fuegos artificiales para el arribo de Juno», dijo Jonathan Nichols, responsable de la investigación y especialista de la universidad británica de Leicester.
Vistas por primera vez en 1979, por la sonda Voyager 1, las auroras de Júpiter fueron observada de nuevo en 2000 por la sonda Cassini, enviada con la colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Pero recién ahora se lograron las imágenes más detalladas, que permiten determinar, por ejemplo, que ocupan una superficie mayor a la de la Tierra y que tienen centenares de veces más energía que las observadas en nuestro planeta.
jcrh