LONDRES.- Los atentados mortales en el aeropuerto Ataturk de Estambul, una vez más renuevan el debate sobre si la seguridad aérea debe incluir zonas comunes, proporcionando más garantías a expensas de reducir la libertad y la comodidad. Las explosiones del martes por la noche parecen haber alcanzado dos puestos de control de pasajeros, entre el estacionamiento y la zona de facturación.
La inspección adicional -común en muchos aeropuertos en el Medio Oriente- cubre el registro de entrada, pero deja una área pública sin protección, que los expertos en seguridad, temen que sea un «blanco fácil» para los terroristas. En el ataque en la terminal aérea de Bruselas el 24 de marzo, potentes bombas escondidas en maletas estallaron en el vestíbulo de facturación, donde los pasajeros todavía tenían que someterse a una revisión más rigurosa. En aquella ocasión surgieron nuevas preguntas sobre la detección de los terroristas y las medidas de seguridad seguidas en su momento en los aeropuertos. El ataque ocurrió en una zona no segura, lo que demuestra que, aún cuando la mayoría de los viajeros asocian aeropuertos con seguridad tras el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, la mayor parte del espacio utilizado por los pasajeros es poco más seguro que una calle ordinaria. «Me parece extraño que sólo la mitad de cualquier aeropuerto es seguro», señaló Matthew Finn, director general de asesores de una consultora independiente en temas de aviación.. «Sin duda, todo el aeropuerto debe ser seguro, desde el momento en que llegas».
Sin embargo, los controles adicionales no sólo se suman a las molestias para los pasajeros, sino crearía inconvenientes en el flujo de los mismos en el interior de las terminales aéreas, opinan expertos. «Cualquier movimiento de seguridad para reforzar la entrada del público causaría congestión, inconvenientes y retrasos de vuelos», señaló Ben Vogel, el editor de la revista IHS Jane Airport, de acuerdo con un reporte de NBC News. Simon Bennett, director de la Unidad de Seguridad Pública de la Universidad de Leicester, Inglaterra, señala que también cualquier modificación en los aeropuertos es costosa. «Los políticos no pueden decirlo, pero los expertos en seguridad si pueden», añadió. En Israel, donde la seguridad de la aviación está considerada como la más eficaz en el mundo, los pasajeros no son examinados de forma automática antes de entrar al aeropuerto.
En su lugar, están sujetos al establecimiento de perfiles en el que pasan a través de puestos de control por parte de funcionarios militares o de seguridad entrenados para detectar y detener a cualquier persona con mayor probabilidad de presentar un riesgo. Sin embargo, estos perfiles son un gran riesgo para las libertades civiles, con ciudadanos que se eligen en razón de su raza o religión. Los partidarios de perfiles dicen que representa la mejor oportunidad de identificar las amenazas. «Tenemos que centrarnos mucho más en el análisis del comportamiento, en la intención negativa, en lugar de artículos prohibidos», dijo Philip Baum, autor de «La violencia en los cielos: Una historia de aeronaves secuestradas y siniestradas». Sin embargo, permanecen sin garantía zonas aeroportuarias llamadas de «objetivos blandos», lugares tales como centros de tránsito y centros comerciales, donde los ciudadanos podrían ver amenazada su libertad de moverse sin restricciones.
Notimex/JRGA